ESCUELAS HÁBITOS DE APRENDIZAJE
Un colegio lleno de libros
La escuela Francesco Tonucci desarrolla un plan para aficionar a la lectura a los más pequeños || Han sacado los ejemplares de la biblioteca y los han repartido por los pasillos y aulas
Conseguir que los niños tengan hábitos de lectura no es un proceso fácil. Cuesta conseguirlo, que se creen una identidad como lectores y lo más importante, que disfruten con ella. Por ello, la escuela Francesco Tonucci de Cappont está llevando a cabo una serie de actuaciones para aficionar y desarrollar los gustos literarios de los más pequeños con un claro objetivo: que lean lo que sea, pero que lean. “La primera iniciativa que llevamos a cabo en este sentido fue sacar los libros de la biblioteca, los niños solo entraban allí si realmente buscaban algo relacionado con la literatura, y ponerlos en los pasillos y en las aulas para que los libros tuvieran una presencia más constante en la vida del centro”, dice la jefa de estudios de la escuela, Esther Salillas. Un primer paso para acercar la lectura a los más pequeños y para alimentar su curiosidad hacia los libros. Otro aspecto que el centro quiso analizar era el de las lecturas obligatorias. “Decidimos que, en vez de fijar unos libros que tenían que leer sí o sí, ofrecerles un abanico de posibilidades para que pudieran escoger la lectura que más les apetecía y, a partir de allí, recomendarles en función de sus gustos y construirles una identidad como lectores”, dice Salillas.
Con tal de adaptarse a los gustos y preferencias de cada alumno, el centro ha ampliado y actualizado los libros de los que dispone. “Además de la ampliación, los profesores, por un lado, pueden recomendar libros a los alumnos en función de sus gustos y, por otro, los niños disponen de un espacio en las clases para recomendarse lecturas que les hayan gustado y para que puedan compartir su opinión con el resto de los alumnos”, matiza la jefa de estudios.
“El objetivo de estas medidas es que lean, lo que sea, pero que lean”, dice la jefa de estudios del centro
Como última medida, han cambiado el servicio de préstamo. Antes disponían de una semana para leer un libro que se llevaban a casa y en clase tenían otro. “Ahora, el libro que se pueden llevar a casa es el mismo que hacen en clase, así le damos continuidad a la lectura y se pueden enganchar más rápido. El objetivo que tenemos con estas medidas es que lean, lo que sea, pero que lean”, concluye Salillas.
Habilitación de espacios para una lectura cómoda La escuela Francesco Tonucci también ha habilitado aulas exclusivamente diseñadas para la lectura con cojines y butacas para buscar la comodidad de los niños y que así lean más libros. “De esta manera se crea un espacio dedicado solo a la lectura, si los niños están cómodos y a gusto, la lectura es mucho más gustosa y adictiva”, dice Salillas.