TRIBUNALES JUICIO
Fiscalía ve probado que una pareja causó 130 pinchazos en un camino
El matrimonio lo niega pero los denunciantes ratifican que los vieron colocando clavos y agujas || El Ministerio Público pide imponerles una multa de 10.800 euros
El juzgado de lo Penal 2 de Lleida acogió ayer el juicio contra un matrimonio de unos 70 años acusado de colocar en un camino clavos y agujas hipodérmicas (huecas por dentro) en reiteradas ocasiones que causaron hasta 130 pinchazos a los vehículos de sus vecinos, de los que son familiares, entre enero de 2014 y octubre de 2015. La pareja negó la acusación y aseguró que los denunciantes se lo han inventado. En cambio, la Fiscalía vio probado los hechos y pidió que fueran condenados por un delito continuado de daños al pago de una multa de 10.800 euros, además de indemnizar con otros 3.800 euros a los denunciantes, representados por el letrado Enric Rubio, que pide que la multa se eleve a 21.600 euros. La defensa pidió la absolución.
La vista oral empezó con el visionado de un vídeo que hizo el mismo denunciante, que será clave para determinar si son culpables o no y en el que se observa a un acusado colocando algo en el camino que finaliza en la propiedad del primero. Fue grabado el 30 de septiembre de 2015. El imputado reconoció que era la persona que aparecía en las imágenes, pero lo que no ponía clavos “porque sabía que me estaban grabando y solo puse unos palillos para demostrar que sabía lo de la denuncia”.
Por su parte, el denunciante aseguró que “empezamos a sospechar porque no era normal haber sufrido tantos pinchazos en el mismo sitio y siempre provocados por clavos y agujas huecas”. El hombre añadió que “solía ser cuando los vehículos de nuestra empresa salían a trabajar y, por ese camino, solo pasamos ellos y nosotros”. A su mujer, un día se le pincharon dos ruedas a la vez cuando abandonaba la finca. “Observé como los dos se reían a lo lejos”, aseguró. Durante el juicio se exhibieron los clavos y agujas que causaron los pinchazos. Los vehículos particulares de los trabajadores de los denunciantes también sufrieron reventones, así como un amigo de la familia que acudía con la moto. “Fue poner la denuncia y acabarse el problema”, reconocieron todos estos testigos. En cambio, dos familiares de los acusados aseguraron que “nunca hemos sufrido pinchazos y creemos (sobre ellos) que son incapaces de hacer algo así”.