Nuevo cambio del plan del vial para que Torre Salses sea zona comercial

La comisión de Urbanismo aprobó ayer, y lo mismo deberá hacer el pleno, el enésimo retoque del cambio del Plan General para reajustar el trazado de la avenida Víctor Torres, el vial de acceso a la futura zona comercial de Torre Salses, entre La Bordeta y Magraners, y que el teniente de alcalde Fèlix Larrosa, ve “estratégico” para la vertebración de la ciudad y el desarrollo de áreas residenciales en ambos lados de la LL-11. Urbanismo de la Generalitat ha dejado en suspenso su visto bueno en tres ocasiones, alegando cuestiones técnicas y jurídicas, que la Paeria ha ido subsanando. “Siempre he confiado en que lo que presentábamos estaba bien y la respuesta que hemos tenido es que han aparecido cosas nuevas. Si todo eso lo hubieran planteado el primer día, habríamos respondido como hacía falta”, consideró Larrosa, y destacó que “hemos tenido una absoluta complicidad con los servicios técnicos, y a nivel político, pero al final siempre había alguna cuestión”. Detalló que “la diferencia con el anterior texto es que ahora hemos incorporado unos coeficientes con unos porcentajes” y dijo ser “optimista en que hemos cumplido una vez más los planteamientos que hacen”.

Por otra parte, Larrosa indicó que han recibido una subvención de 417.510,87 euros del programa Interreg para mejorar los ‘aiguamolls’ de Rufea y recuperar el Camí del Rei, que bordea el río desde la Mitjana hacia la Escola Alba. La actuación tiene un presupuesto de 642.324,43 euros y se ejecutará en 2018. La comisión aprobó el Plan de Usos de l’Horta, rechazó la petición de la concesionaria de la estación de autobuses de aumentar un 5,55% las tarifas a las compañías por usar la instalación y aceptó una propuesta de la Crida de efectuar un estudio del mercado de Balàfia. Además, dijo que están sustituyendo las áreas para perros (eliminarán las de Gardeny y Pardinyes) por zonas valladas.

Planea un presupuesto “de República” basado en las leyes del Parlament impugnadas por el TC

Lleida

El gobierno del PSC ha incorporado enmiendas de Cs y PP en los presupuestos de 2018, y también algunas del PDeCAT, de manera que previsiblemente no tendrá problemas para aprobarlo en el pleno extraordinario del próximo martes. Cuenta con que CS y PP votarán a favor y con una posible abstención de CiU, pero aunque no lograra esta última las cuentas también prosperarían (entre PSC, Ciutadans y PP suman los catorce votos que conforman la mayoría en el pleno). La portavoz socialista y edil de Economía, Montse Mínguez, indicó que, por contra, no aceptarán enmiendas del resto de oposición. Dijo que están “muy lejos” de las de ERC, calificó de “filosofada” las de la Crida y ve las del Comú como un “presupuestto alternativo”. Precisamente, el presidente del grupo de ERC, Carles Vega, criticó que el alcalde, Àngel Ros, haya faltado a su palabra” al no cumplir el acuerdo que firmaron en diciembre de 2015 de municipalizar la zona azul y apostó también por recuperar la gestión de los autobuses urbanos en vez de “aportar 7 millones”. Consideró que el presupuesto es “muy poco flexible, no tiene en cuenta el plan de saneamiento y plantea unas inversiones sobre unos ingresos irreales de venta de terrenos”. También propuso reducir un tercio los 700.000 euros en gastos en comunicación y propaganda y suprimir puestos de trabajo adscritos a alcaldía para ahorrar 120.000 euros. Por su parte, Francesc Gabarrell, de la Crida, apuntó que el presupuesto es “una prórroga de facto del del año pasado, pero con más ladrillo” y propuso llevar adelante “un presupuesto en clave de República en base a las leyes del Parlament impugnadas por el Tribunal Constitucional y para revertir la aplicación del artículo 155”.