Cien años de escuela en l'Horta

El colegio público Antoni Bergós de Butsènit cumple este curso 100 años educando a las nuevas generaciones de l’Horta y aprovechando las ventajas de su cercanía a la naturaleza, al campo y también a la ciudad. Padres, profesores, vecinos y exalumnos participan en los actos de celebración de este magno aniversario.

Actualmente cuenta con dos profesores, además de la directora. “Esta es una escuela llena de sorpresas y muy distinta de las de ciudad”, dice Maria José Tenemaza, estudiante del grado de Educación Primaria que hace prácticas en el centro. “Lo que más valoro es que los alumnos ven al profesor como uno más de su familia, de su círculo de confianza”, y eso se nota, tanto en el comportamiento de los alumnos como en el trato de los docentes, que hacen lo posible por hacerles ver y valorar el entorno que les rodea. “Todos juntos plantamos y cuidamos un naranjo, un olivo y una vid y el señor Solsona les enseña cómo recoger las uvas para hacer el mosto”, dice Huete. Y es que es tal la implicación de los vecinos de la partida para promover la escuela que ellos mismos se ofrecen para enseñar a los más pequeños cómo trabajar los cultivos, como hace Francisco Solsona, un exalumno de la escuela de 78 años que les mostró el arte de la vendimia y que, como dice él, “lo hago por ellos, por ver la sonrisa que ponen cuando aprenden y les sale, eso es lo mejor”.

Pero no todo son ventajas para este colegio. “Como tenemos pocos alumnos, formamos parte de Zona Escolar Rural (ZER) de l’Horta de Lleida y compartimos docentes especializados con otros centros de otras partidas y pueblos cercanos”, dice Huete.

Vecinos y exalumnos del colegio enseñan a los niños cómo tratar los naranjos, los olivos y la vid del patio

El pasado jueves, vecinos y exalumnos acudieron para ver imágenes históricas y rememorar la época en la que las únicas preocupaciones que tenían eran hacer los deberes y no llevarse ninguna reprimenda del profesor de turno. A muchos de ellos se les ilumina la mirada al ver imágenes suyas de niños y contemplando un pupitre y un mapa de la península de los años 50 en perfecto estado. “¡Es el mismo con el que nos hacíamos esas fotos individuales!”, afirma uno de ellos mientras se sienta en el pupitre y empieza a hojear un libro de Primaria de los años 60 y un teléfono con ruedecilla de época. Mostrarles esas fotos y ese material es como devolverles a la infancia. Comentan anécdotas, travesuras y el día a día de una escuela que en sus mejores épocas llegó a tener medio centenar de alumnos.

Cien años dan para muchos alumnos, profesores e historias y por ello el Antoni Bergós prepara varias actividades durante este curso académico para celebrarlos. “Dentro de los actos del centenario, plantaremos el llamado arbre del centenari, en homenaje al siglo de vida del colegio, y organizaremos una ponencia sobre la vida y la escuela de l’Horta durante el siglo pasado”, dice la directora. Ahora, ese árbol se prepara para ser testigo del paso de nuevos alumnos por esta escuela, que está en condiciones de cumplir muchos años más.

‘Alumnos, padres y profesores somos una gran familia’ La familia Valls ilustra la trayectoria de la escuela, ya que cuatro generaciones de la misma han pasado por sus aulas. “Mi padre y mis hijos pasaron por esta escuela, y ahora está mi nieta aquí, que toma el relevo familiar”, dice Sebastià mientras se señala en las fotos antiguas llevando a sus hijos por el Aplec de Butsènit. “Antes éramos más alumnos, pero bueno, más tranquilos están ahora los profesores”, concluye.