URBANISMO VIVIENDA
Desalojo y derribo 'exprés' de La Chispa
El centro social okupado La Chispa, ubicado en una casa en la partida Alpicat, junto a la iglesia de Montserrat y al pie de la N-240, fue desalojado ayer, en cumplimiento de una orden judicial, y en poco más de una hora fue también reducida a escombros. El edificio es propiedad de una inmobiliaria y había sido okupado hace una década. Sus residentes llevaban días organizando “jornadas de resistencia”, pero ayer fueron desalojados por un ‘ejército’ de Mossos d’Esquadra. Acudieron una decena de furgonetas antidisturbios, algunas provinentes de Barcelona, y los agentes establecieron un perímetro de seguridad. En el momento del desalojo había tres personas en la casa, que no ofrecieron resistencia y retiraron algunas pertenencias, pese a que aseguran que no les mostraron la orden judicial. Dos jóvenes se subieron a la excavadora para intentar impedir la demolición, pero desistieron tras la invervención de mossos, y una decena que acudieron convocados a través de las redes cortaron unos instantes la N-240 a gritos de “contra la especulación, okupación”, pero los agentes les rodearon y lo evitaron. Una de las okupas dijo que La Chispa era “un espacio de contrapoder y de lucha y lo tiran para que l’Horta se vaya difuminando hcia una ciudad que arrasa con todo lo que no responde a intereses capitalistas”, y otro denunció también “especulación de la Paeria”. Asimismo, una portavoz de la protectora Lydia Argilés lamentó que no les avisaran para rescatar de la casa a gatos, gallinas y un pavo real. Por su parte, el presidente de la asociación de vecinos Montserrat, Joan Rogés, afirmó que el edificio había sido “una casa emblemática, la Torre Espinós”, y apuntó que nunca han tenido problemas con el colectivo okupa.
El juzgado número 3 había ordenado el desalojo hace un año, que fue recurrido, y, además, cuatro okupas fueron acusados de usurpación y condenados a pagar una multa de 450 euros cada uno, que la Audiencia después rebajó a la mitad