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LLEIDA

“La Universidad debe ser menos horizontal y más vertical para que funcione mejor”

Roberto Fernández pide “más poder” para los rectores y una mayor implicación de las empresas

El rector de la Universidad de Lleida, durante su intervención en el ciclo ‘Diàlegs al Roser’.

El rector de la Universidad de Lleida, durante su intervención en el ciclo ‘Diàlegs al Roser’.LLEONARD DELSHAMS

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De hecho, para Roberto Fernández, van de la mano. Una universidad puede dar una gran proyección y prestigio a una ciudad pequeña. Así ocurre en Granada, en Alcalá de Henares, en Salamanca o en Bolonia. Además, puede convertirse en un potente motor económico, como lo demuestra el estudio de la asociación de universidades públicas catalanas, según el cual generan “el 1,7% del PIB y crean 60.000 puestos de trabajo”. Además, “por cada 100 euros invertidos se recuperan 402”. El rector anunció que ha encargado un estudio para saber el alcance del impacto económico de la UdL en el territorio, a pesar de que Roberto Fernández insistió en que “hay que tener los pies en el territorio pero la mirada puesta en el mundo” porque el futuro pasa por ser glocales. “Estar al servicio de Lleida pero con vocación cosmopolita. Hay que renunciar al provincianismo e internacionalizar la Universidad”, añadió. Y hacerlo tiendo en cuenta que la caída de recursos económicos: un 22% del presupuesto entre 2011 y 2016, ha hecho que las universidades, deban hacer equilibrios entre la competitividad y la competencia. “Que la hay” y eso obligue a “afinar” el modelo, a buscar “el ADN propio” teniendo claro que “la única propietaria de la Universidad es la sociedad”, a la que se debe. Y además de servirla “ha de contribuir a su crecimiento económico, desarrollo social y revitalización cultural”.

Para Fernández, “no explotamos lo suficiente la ventaja que supone para los alumnos la docencia casi personalizada que ofrece una universidad de las dimensiones de la UdL”. Donde también queda camino por recorrer es en la “docencia práctica”, en la presencia de estudiantes en las empresas. Si bien en la UdL “se hacen prácticas en todas las titulaciones”, cuesta implicar al tejido empresarial. Tirón de orejas del rector, aunque es consciente “que la legislación no favorece los mecenazgos”. Puso como ejemplo el fiasco que supuso que la industria agropecuaria no apoyara el grado de Veterinaria “y tuviéramos que recurreir a las instituciones públicas, en especial a la Diputación”. En este sentido, recordó que la Fundación de la UdL es “la ventana única para las empresas”, lo que facilita la cooperación.

Fernández hizo hincapié en la necesidad de dar más poder a los rectorados. Una Universidad “más vertical y menos horizontal” que garantice la gobernabilidad. “Hay que romper tópicos y prejuicios” y apostar “por aquello que se demuestre que funciona”. Y algo que funciona bien y es “una historia de éxito” son los dobles grados. El rector también reivindicó unas clases de las que no solo salgan “profesionales polivalentes”, sino “ciudadanos críticos” que piensen por ellos mismos.

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