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UNIVERSIDAD DEMANDAS

Las quejas al Síndic de la UdL se triplican en cuatro años

Pasa de 11 expedientes a 34, en su mayoría de alumnos || Las tasas y las revisiones de exámenes, principales motivos

Joan Betriu.

Joan Betriu.SEGRE

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Las quejas presentadas al Síndic de Greuges de la Universitat de Lleida se han triplicado en apenas cuatro años. Concretamente, han pasado de los 11 expedientes tramitados en el año 2012, a los 34 del pasado 2016. La mayoría de ellas (19) corresponden a estudiantes y están centradas en las tasas de las matrículas y las revisiones de exámenes, mientras que por parte del Personal Docente Investigador (PDI) y del Personal de Administración y Servicios (PAS), las demandas al Síndic son de carácter consultivo y de interpretación de las normativas universitarias.

El actual Síndic de la UdL, Joan Betriu, ocupa el cargo desde diciembre del pasado año y detalla que “las principales quejas de los estudiantes se centran en las revisiones de exámenes, reválidas y consultas relativas a las tasas de matrículas y las exenciones como pueden ser las matrículas de honor o rebajas para familias monoparentales”. Betriu destaca este último apartado “porque las ayudas a familias monoparentales se quitaron de un año para otro en la normativa catalana y eso ha perjudicado a mucha gente que no ha podido entrar en la universidad”.

Las mayoría de las quejas del personal universitario son para la interpretación y aclaración de normas

En lo que respecta a las quejas que presentan el PDI y el PAS, Betriu dice que “básicamente suelen pedir información sobre la tramitación o la especificación de una norma concreta o solicitan información”. También reconoce que en los años anteriores a que asumiera el cargo la actividad del Síndic aumentó y añade que “de momento, este 2017 ha sido tranquilo, llevamos una quincena de expedientes, pero ningún tema polémico”recalca Betriu, que presentará el balance a mediados de diciembre.

Respecto al aumento de las quejas, Betriu lo atribuye a que “cada vez nos conocen más los estudiantes y el personal docente y el hecho de que mi papel sea de mediador, hace que nos vean como una figura útil”, recalca. “Si creyeran que no somos útiles, no tendríamos quejas”, sentencia.

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