ATENCIÓN VIOLENCIA MACHISTA
Botón de emergencia para 126 mujeres de Lleida que han sufrido malos tratos
Las usuarias han aumentado más de un 57% en Ponent en los últimos siete años
Un total de 126 leridanas víctimas de violencia machista tienen activado el servicio de teleasistencia móvil, un botón de emergencia con el que pueden pedir ayuda 24 horas al día y 365 días al año si ven al maltratador. Las usuarias de este sistema de protección han ido en aumento con los años, pero más de la mitad dicen no sentirse del todo seguras.
El número de mujeres víctimas de violencia machista que tienen activado un servicio de teleasistencia, con el que pueden pedir ayuda en cualquier momento y lugar, no ha dejado de aumentar en los últimos años y en 2017 ya eran 126 las usuarias en Ponent. Un servicio que consideran positivo, pero que no disminuye su sensación de estar en peligro. Según los últimos datos del ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, el año pasado había 126 usuarias activas en la provincia de Lleida del Servicio Telefónico de Atención y Protección para víctimas de la violencia de género (Atenpro).
Se trata de un dispositivo de telefonía móvil y telecomunicación que permite que las usuarias puedan entrar en contacto en cualquier momento con un centro atendido por personal específicamente preparado para dar una respuesta adecuada a su situación. Ofrece una atención inmediata las 24 horas del día y los 365 días del año. Creado en 2005, está gestionado por la Federación Española de Municipios y Provincias y el servicio lo presta Creu Roja.
Más de la mitad de las mujeres con “botón de emergencia” temen ser agredidas de nuevo
Según el ministerio, las usuarias de este “botón de emergencia” en las comarcas de Ponent no han dejado de aumentar desde que se puso en marcha. Desde 2010, el servicio cuenta con un 57,5% más de usuarias en la provincia. Sin embargo, este sistema no ofrece una protección real para algunas de las usuarias. Un informe de Creu Roja señala que las atendidas consideran mayoritariamente que se trata de un servicio muy positivo en temas de seguridad, pero más de la mitad creen que corren un elevado riesgo de volver a ser agredidas y un 35% adjudica el mismo nivel de riesgo a sus hijos. Las usuarias piensan que lo que les ayudaría más para superar la violencia sufrida es mejorar su situación económica y su autoestima, así como estabilizar su acceso a la vivienda.