JUSTICIA CÁRCEL
La plantilla de prisiones pide ser agentes de la autoridad
Medida para reducir el número de agresiones, con seis casos en Ponent en 2017 || Más formación y personal, entre las exigencias
Vista aérea del centro penitenciario de Ponent.
Los funcionarios de prisiones exigen ser considerados agentes de la autoridad como medida disuasoria para reducir el número de agresiones que reciben por parte de los reclusos, casos que han aumentado en el último año en Catalunya hasta un total de 206. Son cifras que presentó ayer el sindicato CSIF en Barcelona. En la cárcel de Ponent, el año pasado se registraron seis agresiones de presos a funcionarios, la mitad que en 2016. De estos casos, uno fue grave, por lo que el funcionario requirió de baja laboral.
Al respecto, Alberto Gómez, responsable sindical de Brians 2 y autor del informe sobre las agresiones en el conjunto de Catalunya, explicó que el año pasado se votó en el Congreso que los funcionarios fueran considerados agentes de la autoridad, votación que se perdió por un voto. “Los castigos por agredir a un funcionario son muy laxos, como mucho el interno está incomunicado o perderá privilegios, pero no verá incrementada su condena. Si somos agentes de la autoridad, se lo pensarán antes de actuar de forma violenta, ya que una agresión se considerará un delito y no una falta como hasta ahora”, señaló. Asimismo, el CSIF exige mayor formación (con cursos de negociación de conflictos, actuación en situaciones de estrés o de autodefensa) para que los funcionarios sepan cómo actuar ante una agresión, además de herramientas para reconducir una situación. También ven alarmante que en 6 años no se haya convocado plazas de oposiciones para aumentar la plantilla en las cárceles catalanas. En el caso de Ponent, recuerdan, es una de las más envejecidas y no hay reposición para los que están a punto de jubilarse. Una falta de personal que afecta a la ratio de funcionarios por interno. El CSIF instó a incrementar la plantilla para poder sostener el actual sistema penitenciario catalán, al que defiende el sindicato, pero alerta que no será sostenible si no se dan las herramientas necesarias al personal. También apuesta por un protocolo de agresiones y remodelar las cárceles más antiguas.
