¿Qué hacemos con las cigüeñas?

“Es evidente que hace falta un equilibrio entre la protección de especies y el patrimonio arquitectónico, nosotros no queremos dejar la Catedral a su suerte y nos vemos en medio de esta polémica que ya nos ha costado mucho dinero”, dice Victor Espinosa, portavoz del cabildo de la Catedral, que destaca que “no podemos proteger el templo si la administración no nos deja”. Respecto a la solución que plantean, Espinosa apuesta por buscar un consenso general. “Pediremos una nueva reunión entre Territorio, Cultura y la Paeria para ver qué se puede hacer, es evidente que interponer querellas en el proceso no ha ayudado a calmar el ambiente, pero nosotros apostamos por dialogar y creemos que buscar el consenso sería la mejor solución”, concluye. Por su parte, Eduardo Burgaleta, de la empresa Cigüeña Stop, que instaló las redes en la Catedral, no oculta su desconcierto por cómo ha derivado el conflicto. “No sé cómo se ha llegado hasta aquí. Hace un año había una resolución firme para dejar libres de nidos todo el año las cúpulas de la Catedral a cambio de dejarlos en los contrafuertes, no nos dejaron trabajar en las cúpulas y aquí estamos, con un año sin poder actuar y con el cabildo dejándose el dinero”. Respecto a quién considera culpable de toda esta situación, Burgaleta señala a Territorio. “Ha habido inoperancia y falta de comunicación por parte de la administración y esto ha derivado en todas estas querellas”. Por ello, el responsable de Cigüeña Stop aboga por reunir a todas las partes, cabildo, Generalitat, ayuntamiento y entidades ecologistas para encontrar un punto de acuerdo. “Creo que la Catedral no puede aportar mucho más dinero y el templo sigue igual. Se debería adoptar las medidas que sugieran los técnicos”, opina, a la vez que considera que la propuesta de permitir que las cigüeñas aniden en los contrafuertes y dejar las cúpulas libres es una posibilidad. Aunque recalca que “es muy difícil que unas cigüeñas que anidan en un lugar durante más de 30 años cambien de sitio de un día para otro”.

Precisamente, esta alternativa de dejar para las cigüeñas los contrafuertes de la Catedral la comparte la organización ecologista Ipcena. “Si las cúpulas están dañadas, que les dejen los contrafuertes, nosotros no queremos que haya vencedores ni vencidos en este asunto, solo que las cigüeñas, un símbolo de la ciudad, puedan mantenerse en Lleida”, dice el portavoz de la entidad, Joan Vázquez, que reconoce que se ha llegado a una situación muy incómoda. “Tanto conflicto solo lleva a agravar más el problema. Queremos dialogar y valoramos positivamente que tanto el cabildo como Cigüeña Stop retirasen las redes de las cúpulas esta semana, pero no olvidemos que hemos llegado a este punto por culpa de una administración inoperante y un sector de la Iglesia intransigente”, concluye Vázquez. Por parte del departamento de Cultura, su delegado en Lleida, Josep Borrell, también aboga por el diálogo, aunque dice que “quién tenga una solución que la diga. Nosotros estamos aquí para defender el patrimonio y los edificios de interés, no queremos expulsar a las cigüeñas, pero nuestra prioridad es la estabilidad de los edificos protegidos”. Por parte del ayuntamiento, el teniente de alcalde de Urbanismo, Fèlix Larrosa, entiende las dos partes de este conflicto y aboga por “hacer un gran pacto para conservar el patrimonio y las cigüeñas que contente a todos”. Otro de los protagonistas del conflicto, el departamento de Territorio, no ha querido dar su versión.

Plataformas metálicas y redes de contención como alternativa La asociación Trenca, que se encarga de la limpieza de varios nidos de cigüeñas, aboga por una solución intermedia: colocar redes debajo de los nidos para evitar posibles desprendimientos de objetos y, en caso de que no puedan anidar en algunos edificios por su mal estado, instalar plataformas metálicas en los alrededores. “Estas técnicas se utilizan en Trujillo o Cáceres, que tienen una población de cigüeñas mayor que en Lleida y nunca ha habido ningún problema”, dijo Marc Gàlvez, biólogo de Trenca. En Lleida se instalaron estas plataformas hace veinte años en la partida de Grenyana y recientemente también en Rufea, aunque la mayoría de ellos no acogen nidos actualmente.