Aquí no hay quien viva

Vecinos del Barri Antic denuncian el incivismo que afecta a un bloque de cuatro plantas de la plaza Josep Solans, cerca del Parador del Roser, desde hace más de un año y que hace que por parte de sus inquilinos sea “muy complicado vivir allí”.

Explican que personas ajenas entran por la puerta del portal, cuya cerradura han roto, y se colocan en la escalera, que dejan llena de basura e incluso de excrementos y orina.

Los vecinos explican que todo empezó cuando una de las inquilinas comenzó a ejercer la prostitución

En el edificio hay ocho viviendas, de las cuales cuatro están vacías y afirman que han sido objeto de intentos de okupación, y en las otras cuatro viven inquilinos de alquiler social. De hecho, los vecinos explican que todo empezó porque una de las inquilinas comenzó a ejercer la prostitución en su vivienda, por lo que “entra y sale gente constantemente que hace lo que quiere en el bloque”. En este sentido, aseguran que la familia que reside al lado debe soportar el ruido constante que procede de esta vivienda. Además, los inquilinos tienen miedo siempre que entran y salen del edificio.

El incidente más grave tuvo lugar el pasado 8 de marzo, cuando una vecina llamó a la atención a un hombre que se había aposentado en el rellano del cuarto piso y este la amenazó con un cuchillo. Presentó una denuncia a los Mossos d’Esquadra el pasado lunes y, al día siguiente, los agentes requisaron cinco cuchillos de seis personas que se encontraban okupando el bloque en esos momentos. De hecho, desde esta denuncia los Mossos han aumentado su presencia por la zona.

Los vecinos denuncian que están “hartos” de esta situación después de denunciarla reiteradamente tanto al ayuntamiento, a la Empresa Municipal de Urbanismo (EMU) y al Síndic de Greuges. Sin embargo, esta semana se reunirán con la Guardia Urbana, por lo que tienen un “hilo de esperanza” de que se solucione el problema.