VIVIENDA CIUDADANÍA
'No tenemos a dónde ir'
“El pasado domingo hubo un incendio en el cuarto de contadores de nuestro bloque y estuve toda esta semana intentando hablar con los servicios sociales para ver qué podemos hacer. Me dieron largas y el viernes vinieron y me dijeron que el miércoles nos echan a todos, que el edificio está en ruina. No pienso quedarme en la calle con mi familia y todas mis cosas. Nos están tratando como perros”. Así lo explicó ayer un vecino del inmueble número 63 de Passeig de Ronda, propiedad de una entidad financiera cuyos vecinos (algunos arrendatarios, otros okupas) ven con desesperación no pueden hacen nada para frenar el desalojo. La situación empeoró a raíz del incencio que sufrió el edificio el domingo pasado, que aceleró los trámites para declarar el edificio inhabitable y proceder al desalojo completo de este bloque de cinco pisos en el que viven aproximadamente una docena de familias, muchas de las cuales entraron en el inmueble de manera irregular ante la pasividad de la entidad propietaria del piso. “Desde 2016 intentamos hablar con Servihabitat y no quieren saber nada del inmueble. Cuando los servicios sociales vinieron a decirnos que el edificio estaba en ruina no trajeron ningún perito ni arquitecto que lo certificara. Si nuestro edificio está en ruina el hotel y el centro comercial que tenemos en el edificio también lo tiene que estar, ¿no?”, declara otra vecina, que ha tenido que coordinarse con el resto de inquilinos para poder vivir en el bloque. “Hace meses que nos retiraron todos los contadores, por lo que tuvimos que engancharnos a la red y por ello se provocó el incendio. Luego nos cortaron el agua y tenemos que utilizar garrafas y cargar los teléfonos en los bares para poder estar comunicados”, declara otro inquilino, que cree que el incendio fue una manera de “agilizar” el proceso para desalojarles. “Llevamos dos años intentando hablar con Servihabitat y la Paeria y ahora nos quieren echar en menos de una semana”. Algunos vecinos han llevado su situación a los tribunales y todavía esperan sentencia. “Nos vemos con las manos atadas”, recalca uno de ellos, que añade que tanto su mujer como su hijo pidieron hace un año poder estar en un piso de emergencia social sin obtener respuesta. “¡No es que queramos quedarnos a vivir aquí para siempre, es que no tenemos a dónde ir si nos echan!”, añade.
El ayuntamiento explicó ayer que está al corriente de la situación del edificio y de las familias afectadas, destacando que han mantenido varias reuniones con los vecinos durante días y que el viernes se les notifió que deberán abandonar el edificio el miércoles porque ha sido declarado inhabitable, según fuentes municipales. Asimismo la Paeria destacó que está previsto ofrecer alojamiento de urgencia temporal a las personas que lo necesiten en función de las condiciones y necesidades de las familias afectadas, garantizando que “ningún vecino se quedará en la calle”.