La FP ofrece ya 134 ciclos en Lleida impulsada por su alta inserción laboral

La feria de la Formación Profesional muestra en la Fira de Lleida desde ayer hasta mañana hasta 134 especialidades que se imparten en la provincia. El certamen cuenta con 21 entidades y empresas y los visitantes pueden informarse sobre el gran abanico de la FP, desde las especialidades más clásicas hasta relacionadas con las últimas tecnologías.

La Formación Profesional es una alternativa al Bachillerato que cada vez va ganando más adeptos y está más diversificada.La feria Formació i Treball inaugurada ayer muestra las 134 especialidades que se imparten en la provincia de Lleida, que incluyen desde oficios tradicionales como carpintería, hostelería y mecánica, otros vinculados a las nuevas tecnologías como diseño 3D e imagen y sonido y un tercer grupo de trabajos que hasta hace poco no tenían una formación específica, como disc-jockey. La feria fue inaugurada por el alcalde de Lleida, Àngel Ros, y el delegado de Enseñanza, Miquel Àngel Cullerés, que destacó que “la FP tiene unos niveles de inserción laboral del 80% y que 3 de cada 4 jóvenes que optan por esta formación acaban encontrando trabajo”. Los estands donde se concentraban más estudiantes fueron las de mecánica, imagen y sonido, hostelería y la del Ejército. “Somos una de las especialidades más antiguas de la FP pero hemos sabido adaptarnos a los tiempos, mantenemos una demanda muy alta y también estamos obligados a especializarnos día a día por los avances tecnológicos del sector”, dijo Jaume Mateu, profesor de la Caparrella y coordinador del estand de transporte y mantenimiento de vehículos. Los videojuegos y el mundo audiovisual también ganan peso, ya que “estamos en el siglo de la imagen y hay que especializarla y formar para ello. Es una formación que atrae mucho a los jóvenes y que puede garantizarles unas buenas expectativas en el mundo laboral”, dijo Lluís Greoles, profesor del grado medio de disc-jockey y animaciones 3D y juegos. En resumen: una feria donde todas las profesiones, gustos y aficiones tienen cabida y oferta.

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Como ya ocurrió hace un año, la presencia del Ejército en la feria generó polémica y la plataforma “Desmilitaritzem l’educació” se manifestó ante el estand de las Fuerzas Armadas. Bajo el lema “las armas no educan, las armas matan”, más de una veintena de personas protestaron por la presencia militar alegando que “creemos que es inadmisible que vengan aquí mezclando la educación con el Ejército. No queremos que nos enseñen a hacer la guerra, ya que la educación debería promover la paz”, dijo Laia Villafranca, portavoz del sindicato estudiantil SEPC. Los manifestantes, entre los que estaban la senadora de En Comú Podem, Sara Vilà y concejales de la Crida-CUP y el Comú, depositaron flores y engancharon pegatinas en el estand, que fue rodeado por agentes de los Mossos d’Esquadra. Pese a las protestas, esta parada fue una de las más visitadas por los estudiantes, algunos para solicitar información y otros para curiosear. “El perfil que buscamos va desde titulaciones de grado medio hasta cursos universitarios. Hay bastante demanda cada año ”dijo Fernando López, responsable del estand. Por su parte Rafael Jiménez, subdelegado de Defensa en Lleida dijo que “respetamos a los que opinan que no deberíamos estar aquí, pero somos una entidad pública y queremos explicar lo que hacemos. Además, recibimos unas 400 consultas solo en esta feria y cada año diez leridanos entran en el Ejército”. Por lo que respecta a los asistentes, hubo disparidad de opiniones. “Cada uno puede hacer el oficio que quiera y ser militar es una opción válida”, dijo una joven, mientras que otro visitante decía que “me choca un poco su presencia, no veo que haya un estand de la Policía o los Mossos y me parece raro”.

Rompiendo los estereotipos de género Demostrar que cualquier persona puede ejercer ese trabajo es una meta que se marcan muchas especialidades. Un ejemplo de ello es la FP de Mecánica, profesión tradicionalmente relacionada con el sexo masculino pero que cada vez atrae a más mujeres. La prueba es Eva Palacios, estudiante de esta especialidad en la Caparrella. “Mi padre es chófer y siempre me han gustado los camiones, decidí especializarme y llevo 3 años trabajando en un taller. Me decían que estaba loca apuntándome, pero estoy muy contenta y me tratan muy bien”.