TRIBUNALES VISTA ORAL
Juzgan a un empresario acusado de acosar y espiar a una empleada
Fiscalía pide dos años y 10 meses de prisión || La mujer denunció que instaló una cámara oculta en el escritorio, le hizo proposiciones y le robó fotos, y él lo niega
El juzgado de lo Penal 3 de Lleida acogió ayer al mediodía el juicio contra un empresario leridano acusado de acosar, espiar y apropiarse de fotos privadas de una empleada. La Fiscalía solicitó una condena de dos años y 10 meses de prisión por los delitos de descubrimiento y revelación de secretos (dos años) y contra la integridad moral (diez meses). La acusación particular elevó la petición de condena a tres años y tres meses al considerar que también incurrió en un delito de acoso sexual. La defensa, en cambio, solicitó la absolución al considerar que la acusación es un montaje de la mujer.
El caso se remonta al año 2015. La mujer, que era administrativa, aseguró que denunció el caso ante los Mossos porque su jefe le había hecho insinuaciones sexuales (“me calientas mucho”, “se me va a abrir la bragueta”), le rozaba con sus genitales, había instalado una cámara oculta debajo de su escritorio y se había apropiado de sus fotos personales aprovechándose de que semanas antes le había dejado su ordenador para que le instalara antivirus. Los Mossos hicieron una inspección de las oficinas de la empresa y detectaron que en el escritorio de la denunciante había un agujero a la altura de los genitales que no obedecía a ninguna función. Sin embargo, no hallaron ninguna filmación. Los peritos declararon que el relato de la mujer era creíble.
Por su parte, el empresario negó todas las acusaciones y aseguró que la denuncia era para presionarle para que firmara el despido de la mujer y esta pudiera cobrar el paro. En cuanto a las fotos, dijo que se las había enviado la propia denunciante, que era ella la que le hizo proposiciones y que no la espió.
El Ministerio Público considera que el acusado incurrió en un delito de revelación de secretos al apropiarse de las fotos personales de la mujer y que cometió un delito contra la integridad moral por su actitud y sus comentarios con la empleada. Por su parte, la acusación considera que el hombre también acosó sexualmente a la mujer y, además de la condena de prisión, solicitó una indemnización de 5.562 euros por daños morales. La defensa consideró que el relato de la denunciante es incoherente y totalmente falso.