Unidad especializada para jóvenes que agreden a sus padres

La conselleria de Justicia anunció ayer que abrirá un nuevo centro en Girona para tratar menores que han cometido delitos de violencia filioparental. Es decir, que han agredido a sus padres. Se trata de la segunda unidad en régimen abierto que acoge estos jóvenes, tras la que hay en funcionamiento en Barcelona desde hace más de un año. El centro entrará en funcionamiento el próximo jueves 17 de mayo y acogerá a menores de toda Catalunya condenados o con medidas cautelares para delitos por violencia filioparental. Se abre con una capacidad para atender a seis jóvenes, aunque está preparado para acoger, en un futuro, un total de 12.

Una medida que se pone en marcha para abordar el aumento de casos. La cifra de menores de entre 14 y 18 años derivados por los fiscales y jueces de menores al departamento de Justicia por hechos delictivos relacionados con la violencia de hijos a padres ha incrementado progresivamente en los últimos años. Los menores atendidos en los diferentes programas han aumentado un 14% en los últimos siete años (de 426 jóvenes atendidos el año 2011 a 484 a los 2017), cifra que corresponde a un total de 58 jóvenes.

Para situaciones en que se descarta internamiento pero no se quiere que permanezca con la familia

En la provincia de Lleida, la Fiscalía de Menores detecta cada año entre una decena y una veintena de casos. Así, en 2016 (último año del que constan datos) se registraron 12 infracciones, en 2015 hubo 19 mientras que en el año 2014 fueron 13.

La directora general de Ejecución Penal y Justicia Juvenil, Pilar Heras, destacó ayer estos centros como “un recurso más” que la justicia tiene para estos casos. “En la mayoría de estos menores se les impone una medida de medio abierto, como la libertad vigilada. Esta opción es otra posibilidad que tienen los jueces”, remarcó. Al ser un centro abierto, los jóvenes solo tienen la obligación de ir a dormir, pero la idea es “fomentar la convivencia y las responsabilidades”, según explicó el responsable del Área de Medio Abierto del departamento de Justicia, Josep Gispert, que sin embargo, recordó que si un menor quiere irse no se lo impedirán. “Avisaremos al juez y la policía, pero no lo retendremos”, añadió Josep Gispert.

Los expertos recomiendan imponer esta medida en aquellos casos en que el juez descarta internar al menor en un centro de justicia juvenil privativo de libertad, pero tampoco quiere que continúe viviendo con la familia.