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Las ayudas de la Generalitat para los grupos de investigación de las universidades catalanas se han reducido en los últimos años. Un ejemplo de ello es el programa de Suport als Grups de Recerca (SGR), unas ayudas que se reparten entre las universidades y los centros de investigación y que la Universitat de Lleida. En el año 2009, la UdL percibió por el SGR 1.150.000 euros para un período de 5 años que se destinaron a 27 grupos de investigación. En cambio, en 2017 recibió 500.581 euros para 3 años entre 14 grupos. Y es que mientras que en 2009 el 36% de los fondos SGR iban para los centros de investigación (12 millones de euros) y el 64% restante a las universidades (22 millones), en 2017 los centros de investigación se llevaron el 51% de los SGR (11,5 millones) y el 49% las universidades (11,2 millones). Las ayudas de 2017 todavía no han sido entregadas, ya que fueron recurridas y están paralizadas. Se espera que haya una resolución en junio.

“Traducido a términos futbolísticos, las universidades somos la cantera, mientras que los centros de investigación son el Barça o el Madrid. No podemos competir en igualdad de condiciones”, dijo Albert Sorribas, vicerrector de Política Científica de la UdL. Recalcó que “la universidad tiene una doble función: formar e investigar. Los centros se centran en la investigación, y la administración debería equilibrar la balanza”. Asimismo, el vicerrector de investigación, Jaume Puy, declaró que “Catalunya ha hecho una apuesta clara por los centros de investigación, que pueden optar y perciben muchas ayudas. Esto solo hace que incrementar la brecha que ya hay”. En lo que respecta a los grupos de investigación, hay disparidad de opiniones. Por un lado, Daniel Chemisana, responsable del grupo de investigación de sistemas dinámicos aplicados en energía solar de la UdL, dice que “el dinero del SGR es simbólico (3.000 euros para tres años por grupo) pero con él puedes optar a más ayudas. Creo que a la universidad se la está infrasubvencionando, no hay que olvidar que la investigación inicial surge de las universidades”. En cambio Ramón Albajes, responsable del grupo de control integrado de plagas agrícolas y forestales, ve bien que los centros reciban más ayudas. “La Generalitat apuesta por los centros porque son más reconocidos, tienen un plan de investigacón consolidado y ofrecen resultados fiables y demostrables”, destaca, aunque valora el prestigio que da el SGR.