SUCESOS TRIBUNALES
Condenados por la muerte de un leridano en Argentina
Cuatro funcionarios de la prisión donde falleció el joven de 19 años por un incendio || Sentencia pactada que su familia critica
Un tribunal argentino ha condenado a dos años de prisión y seis años de inhabilitación por un delito de homicidio imprudente a cuatro funcionarios del ala psiquiátrica del centro penitenciario de Buenos Aires en el que murió, víctima de un incendio, un joven vecino de Lleida, David Díaz Ríos. En su sentencia, el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional número 4 de la Capital Federal considera que los cuatro acusados propiciaron la muerte tanto del joven, de 19 años, como del recluso que causó el incendio, al incumplir sus deberes como funcionarios. A pesar de ser originario de L’Hospitalet de Llobregat, David residía en Lleida, junto a su novia, en el momento en que fue detenido, en mayo de 2011, en el aeropuerto de Buenos Aires por su implicación en una presunta operación de tráfico de drogas. Este joven tenía una discapacidad intelectual del 49% que llevó a sus padres a iniciar una campaña para exigir reformas penales para que las personas con discapacidad no pudieran salir del país sin un control previo. Ingresó en la cárcel de Buenos Aires el 31 de mayo de 2011. Pocas horas después, se desató un incendio, provocado por el interno de la celda contigua, que acabó con la vida de ambos.
En su sentencia, el tribunal argentino señala que los cuatro funcionarios –el celador de guardia, el jefe de turno, el responsable de turno de noche y el director de la unidad– incumplieron su deber de registrar al interno que provocó el incendio. Considera probado que este interno, con antecedentes graves psiquiátricos, no solo pudo introducir un mechero en la celda acolchada en la que fue ingresado, sino que fumó y finalmente prendió uno de los revestimientos de la estancia. La familia de David mostró su pesar por la sentencia, que no puede recurrirse al ser un pacto entre Fiscalía y defensa, ya que querían un juicio público por un homicidio doloso. Los progenitores del joven siempre han defendido que su hijo pudo ser engañado por narcotraficantes, ya que fue detenido con 2,4 kilos de cocaína.