Un mercado con buena salud

La falta de espacios para aparcar es el principal problema de un mercado que, en líneas generales, tiene “muchas más virtudes que defectos”, dice Carme Camins, otra vendedora. “Ofrecemos un producto de casa, de calidad y hecho con cariño, la gente lo valora y hemos notado que cada vez viene más gente joven y parejas inmigrantes, lo veo algo bueno y que demuestra que la gente sigue interesada por la calidad y los mercados de barrio”, se congratula Camins. Aunque la mayoría de ellos reconocen que la actividad ha bajado respecto a cuando el mercado estaba junto al río, otros payeses más jóvenes han notado un repunte en los últimos años. “En el último año hemos ganado clientela, gente del barrio, conocidos o que se acuerdan de la calidad de tus productos”, dice Gemma Bertran, una vendedora de Juneda. “El espacio lo veo bien y viene bastante gente, hay días en que incluso agobia un poco y en los que apenas se puede pasar por los pasillos, pero eso lo vemos como una buena señal de que el mercado tiene posibilidades de crecimiento, goza de buena salud y tiene cada día mejor calidad”, concluye Bertran.

Opiniones contrapuestas entre los paradistas de ropa Hace 3 años que Gemma, su marido y su hijo empezaron a vender sus frutas y verduras en Pardinyes. “Al principio costaba un poco, pero cada vez vamos ganando clientela, en parte por nuestros productos y su calidad”.