BARRIOS DENUNCIAS
“El hedor es insoportable”
Como cada verano desde hace al menos 20 años, los barrios de La Bordeta y Magraners sufren malos olores por la noche. Los vecinos, que dicen que huele a granja, pienso quemado e incluso a animales muertos, coinciden en que el hedor tiene que proceder de alguna empresa del polígono.
“El hedor empieza a partir de las 23.00 horas y cada vez huele más fuerte hasta medianoche. Luego ya no se percibe tanto, quizá porque te acostumbras o porque realmente disminuye”, coinciden muchos vecinos que viven alrededor del instituto Maria Rúbies de La Bordeta, la parte del barrio más cercana al polígono.
Muchos aseguran que esto sucede durante todo el año, pero en verano se nota más porque abren las ventanas a la hora de dormir. Por suerte, no sucede cada noche. En este sentido, el presidente vecinal de Magraners, Juan Gallardo, señaló que depende de la dirección del viento, “por eso hay días que se nota y hay que no”. Además, usuarios de la discoteca Biloba, situada en la LL-11 al lado del cementerio, también aseguraron que algunas noches también sufren “este hedor insoportable”, por lo que es bastante desagradable bailar al aire libre.
Por su parte, la presidenta vecinal de La Bordeta, Mari Carmen Guerrero, está harta de denunciar la situación cada verano. “La Paeria debe llevar a cabo una inspección y averiguar de dónde proceden estos olores, no podemos estar siempre igual”, señaló y añadió que tienen que cerrar las ventanas por la noche para dormir “con el calor que hace”. En este sentido, un vecino de la calle de Agramunt lamentó que tengan que abrir el aire acondicionado por la noche, “con lo bien que dormiríamos con las ventanas abiertas”.
Fue en el verano de 1998 cuando la asociación vecinal de La Bordeta alertó del problema. Entonces, algunos vecinos se quejaban de que además del hedor, se veía un polvo negro que tapaba las vías respiratorias, como si se estuviera quemando alguna cosa.
Denunciaron la situación al departamento de Medio Ambiente de la Generalitat, quien tras una inspección descartó que el mal olor procediese de una sola empresa e instó a una industria a hacer reformas. Sin embargo, han pasado veinte años y el problema sigue sin solucionarse, a pesar de las quejas reiteradas de los vecinos.