TRIBUNALES SENTENCIA
Tercera condena a un exabogado por quedarse dinero de sus clientes
La Audiencia le impone una pena de dos años y tres meses de prisión || El exletrado reconoció la apropiación de 33.000 euros que le dieron para unos trámites
La Audiencia de Lleida ha condenado por tercera vez a Pere Rubinat Forcada, exabogado leridano de 60 años, por quedarse dinero de sus clientes. El tribunal le impone una condena de dos años y tres meses de prisión por un delito de apropiación indebida después de que reconociera que se había quedado 33.000 euros que le dieron unos clientes en diciembre de 2008 para que negociara con el banco el derecho de usufructo de la vivienda donde residían y que estaba a nombre de su hijo menor por unos problemas financieros. La defensa de Rubinat alegó que el caso había prescrito pero la Audiencia descarta este argumento y aplica la agravante de apropiación de vivienda habitual. El condenado también deberá pagar una multa de 2.880 euros e indemnizar a los denunciantes con 34.200 euros. Aunque ninguna de las sentencias es firmes (las otras dos están recurridas ante el Tribunal Supremo), el exletrado suma una pena global de seis años y nueve meses de prisión y más de 260.000 euros en indemnizaciones.
En el juicio, Rubinat dijo que llevó a cabo varias gestiones pero que en junio de 2014 el Colegio de la Abogacía lo suspendió y que entonces “ya poco podía hacer”. En cambio, la pareja denunció que el exletrado no hizo nada y que descubrieron en 2015 por en el banco que no se había hecho ninguna gestión para solucionar el problema. La Fiscalía solicitó una condena de tres años de prisión y la acusación elevó la petición a los cuatro años de cárcel.
Suma 6 años y 9 meses de prisión y 260.000 € en indemnizaciones, pero ninguna sentencia es firme
La defensa, que pidió la absolución, recurrirá la sentencia ante el Tribunal Supremo porque considera que se ha producido una infracción de ley y que la agravante de vivienda no es aplicable en este caso.
Este mismo tribunal le condenó el año pasado en dos ocasiones. La primera de ellas a dos años de prisión por quedarse 124.529 euros de la indemnización que debían cobrar unos clientes por un accidente laboral mortal. En la segunda, fue penado con otros dos años por apropiarse de 101.812 euros de un matrimonio de Torregrossa de la indemnización que recibieron por la muerte de su hijo en un accidente de tráfico. En cambio, le absolvió de otro caso porque había prescrito y por el que inicialmente había sido condenado a tres años de prisión.