Las nacionalizaciones se disparan un 78% por un cambio burocrático

Las concesiones de nacionalidad española a extranjeros residentes en las comarcas leridanas se dispararon en 2016 un 78%, pasando de las 1.398 contabilizadas un año antes a 2.498, según datos extraídos del Instituto Nacional de Estadística. El incremento supone un cambio de tendencia, ya que desde 2013 esta cifra había ido descendiendo en la provincia. Según apuntan fuentes del ministerio de Justicia, una de las posibles explicaciones a que las concesiones se hayan casi duplicado estaría en un cambio burocrático introducido en 2015 que habría reducido la carga de trabajo a los Registros Civiles en el procedimiento que se sigue para otorgar la nacionalidad por residencia y habría limitado los plazos para concederla. Y es que hasta finales de ese año, los Registros tramitaban la mayor parte del proceso antes de remitir los expedientes al ministerio. Así, eran los encargados de recibir las solicitudes, completar la documentación que faltaba, efectuar un acta de integración con entrevista personal al interesado y en su caso al cónyuge y a testigos, y elevar una propuesta previo informe de la Fiscalía. En el caso de que el ministerio concediera la nacionalidad, el proceso volvía al Registro, donde se efectuaba el trámite de jura e inscripción, que podía demorarse varios meses. El nuevo procedimiento eliminó toda la fase previa de tramitación en los Registros Civiles, limitándose a servir exclusivamente como oficinas de recepción de las solicitudes, que se remiten inmediatamente a Justicia. La única función que mantienen es la de efectuar el trámite de jura e inscripción. Por ello, desde finales de 2015, los Registros han tenido más tiempo para ocuparse de las juras e inscripciones y durante 2016 pudieron resolver buena parte de las que tenían pendientes de años anteriores.

La mayor parte de las nacionalizaciones de extranjeros en Lleida, más del 80%, son por residencia, que exige una década de domicilio legal, aunque en algunos casos puede reducirse. Por franja de edad, uno de cada nuevos españoles residentes en Ponent tenía entre cero y nueve años y por países, más de un millar de los casi 2.500 nacionalizados en 2016 eran originarios de Marruecos. Por sexos, las concesiones se reparten prácticamente a partes iguales entre hombres y mujeres.