Denuncian facturas de agua de casi 10.000 € a causa de pisos okupados

Vecinos de un bloque de Gaspar de Portolà, en el barrio de la Mariola, denuncian que deben un total de 9.719,72 euros a la concesionaria Aigües de Lleida por el impago de facturas del agua desde el año pasado por culpa del uso que hacen del suministro los okupas. El edificio tiene 16 pisos, seis están okupados y en ocho viven sus propietarios, mientras que los demás están vacíos. Como el contador de agua es de la comunidad, la tienen que pagar entre todos, pero según denuncian algunos vecinos, “los propietarios de los pisos okupas, que son bancos, no quieren pagar las facturas del agua”, además de otros dos propietarios particulares que también se niegan. El contador tiene un límite de 388 metros cúbicos y si se supera, la empresa impone una sanción. “Siempre nos pasamos por culpa de los okupas, que hacen un gasto innecesario del agua”, denunciaron, y añadieron que hasta “riegan con la manguera a otros vecinos”. Señalaron que no tienen nada en contra de ellos, sino contra los bancos “que nos han dicho que no van a pagar”. Al respecto, aseguraron que pondrán una demanda en los juzgados. Criticaron que hace poco una entidad bancaria desahució a una persona mayor que no podía pagar, por lo que no entienden por qué no les alquilan a un precio que la familia pueda asumir. Asimismo, también denunciaron que son “siempre los mismos” los que costean la manutención del edificio, el seguro y el servicio de limpieza y que los okupas son quienes lo degradan. “Arrancan baldosas de los pasillos”, manifestaron, y criticaron que muchas veces dejan las bolsas de basura en la escalera, “por lo que el hedor llega a ser insoportable”.

Por otra parte, otros vecinos de la Mariola denuncian que una serie de personas se dedica a okupar el antiguo mercado ubicado de la calle Venus, actualmente en desuso, para hacer fiestas. Critican que estas personas “aprovechan cualquier espacio vacío para hacer lo que quieran”. Estos mismo vecinos también aseguran que hay personas que cogen cosas de la basura “y las venden delante de comercios de la calle Mariola”, por lo que perjudican la imagen del barrio y a los propios comerciantes.