ENTREVISTA POLÍTICA
Ernest Maragall: «La construcción de la República ya ha comenzado»
El conseller de Acción Exterior, Ernest Maragall, reivindica el papel de Catalunya como sujeto político, confía en que los procesos judiciales contra líderes independentistas acabarán bien y pide al presidente Pedro Sánchez “no que acepte la independencia, sino una verificación democrática real” sobre el futuro de Catalunya o bien que presente una “alternativa”. Dice que dejó el PSC por su dependencia del PSOE e impulsa Socialistes por la República. No pone nuevos plazos a la independencia de Catalunya. Prefiere hablar de República.
¿Cómo se puede implicar más a la comunidad internacional en el ‘procés’?
El mundo nos ha de reconocer como país, como parte corresponsable de la construcción europea. Y hay urgencias. Tenemos que dirigirnos a Europa para que vea que el hecho de que en Catalunya estén en riesgo derechos básicos como la libertad y la calidad democrática les afecta como europeos. Que decidan no aceptar esta situación como normal, que estén llamados a actuar, con respeto. Hemos de hacer llegar la voz de la Europa de siempre, si puede ser mucho antes de que los procesos acaben bien, que acabarán bien, y que el Estado español se comporte como un elemento más de esta común conciencia democrática europea, cosa que ahora no sucede.
Le veo optimista.
Pero no hay bastante con ser optimista a medio y largo plazo, tendríamos que poder serlo a corto, y eso aún no tiene base suficiente. La Justicia tendría que ir tomando decisiones que permitan recuperar primero la libertad y después cerrar las causas en todos los sentidos.
¿Ve factible negociar con el Gobierno de Pedro Sánchez una Catalunya independiente?
Hemos de insistir en dar contenido real a un diálogo de voluntad democrática y de expresión de los derechos inalienables de Catalunya como sujeto político. Nadie le pide al presidente Sánchez que esté a favor de la independencia, sino que acepte el derecho a plantear una verificación democrática real sobre nuestro futuro. Y estamos abiertos a considerar definiciones de futuro para Catalunya que vayan hacia otra dirección. Estaremos encantados de debatir la alternativa que se plantee desde Catalunya y desde el Estado.
¿Aceptarían una alternativa que no pase por la independencia?
Hemos votado 4 veces desde 2014 y eso ha ofrecido un panorama de mayoría política explícita. No es definitivo para dar por cerrada la cuestión, por eso planteamos un acuerdo sobre cómo se plantea la verificación con el Estado, reconocimiento internacional y que sea vinculante. Le he dicho al Gobierno central: “atrévanse a ganar”. Eso implica aceptar jugar la partida. Si lo hicieran, podrían ganar claramente. Pero han de aceptarnos como sujeto político, lo que se empeñan en negar.
Josep Borrell, ex compañero de partido, es su interlocutor.
Tiene la responsabilidad del ámbito en el que se está jugando para conquistar el derecho no a la independencia, sino a la democracia. Se mueve en una dirección contraria, pero no es una cuestión personal. Lo determinante no es lo que digamos Borrell o yo, es lo que dicen el Gobierno y el Estado y, en nuestro caso, lo que diga el Govern, el Parlament, la sociedad catalana y los que están en la cárcel y en el exilio. Que coincidamos los dos en esta responsabilidad es secundario. Yo tengo trabajo en abrir delegaciones, explicar qué representa Catalunya, y lo hemos de hacer con tranquilidad, ambición y sin obstáculos.
Usted también impulsa Socialistes per la República.
Es un espacio de reflexión y debate, no un proyecto político, con complicidad con ERC. El concepto socialista en España tiene una connotación negativa por su deriva en los últimos años, en el gobierno o en la oposición, con el apoyo al 155 o con las dificultades para tomar decisiones en el ámbito de la libertad y la democracia. También tiene problemas en Europa y por eso cuando reivindicamos el concepto socialismo queremos expresar la voluntad de participar en una renovación más global. En eso ERC puede ser un elemento de refresco, renovación y reflexión innovadora positiva.
¿Dejó el PSC por esa deriva o fue usted quien evolucionó?
Estoy convencido de que yo no he cambiado. La organización socialista en Catalunya ha cambiado, ha aceptado una dependencia de la organización hermana estatal y ha acabado condicionando la toma de decisiones sobre Catalunya. También hay una deriva hacia la obsolescencia del socialismo como organización política en democracia interna y capacidad reformadora real. Y la austeridad y recortes de servicios públicos se han llevado a cabo desde Europa con la autoría explícita del socialismo. La necesidad de regeneración es muy evidente.
¿Está decepcionado por la evolución política de Àngel Ros?
La manera en la que se concretó la diferencia de posiciones, la posibilidad de defender dentro del PSC criterios y proyectos de cambios en la dirección que yo quería representar y cómo Ros acabó posicionándose acabó produciendo una distancia política muy grande. Se podría expresar como decepción, desilusión o solo discrepancia. Él podría decir lo mismo de mí.
Se acerca otra Diada. ¿Es un error poner plazos a la independencia?
Usamos cada vez más el concepto República y no exclusivamente independencia. Es una construcción que ya ha comenzado, que el 1-0 tuvo una verificación democrática y la quiere volver a tener. Si queremos ganar, habremos hecho república hasta ese día, con la obligación de que sea el más próximo de que seamos capaces. No es una moda, un capricho de unos partidos. Si algunos lideres quisieran pasar página y dejarlo para otra generación, no podrían.