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Educación emocional a niños de 3 a 6 años en Lleida para prevenir el bullying

En 16 escuelas, a través de un programa de actividades creadas por la UdL

Alumnos del instituto Joan Oró, contemplando un cartel que prohíbe usar el móvil en todo el centro.

Alumnos del instituto Joan Oró, contemplando un cartel que prohíbe usar el móvil en todo el centro.ÒSCAR MIRÓN

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El curso escolar ha arrancado esta semana con novedades en muchas etapas educativas. En educación Infantil 16 escuelas estrenarán un programa de educación emocional para prevenir el bullying desde los 3 años y en la ESO se extiende la prohibición de los móviles y se cambian las notas por otras no numéricas que ya se aplicaban en Primaria.

Nunca es demasiado pronto para comenzar a trabajar con los niños para prevenir el bullying. Con esta premisa, 16 escuelas de Lleida estrenarán este curso un programa impulsado por Enseñanza y la Universitat de Lleida destinado a que niños de entre 3 y 6 años aprendan a gestionar sus emociones y prevenir de este modo el bullying. Se trata del proyecto “Happy 3-6 de educación emocional en el segundo ciclo de educación Infantil” del grupo de investigación de Orientación Pedagógica, en el que participarán unos 600 escolares de centros de Lleida ciudad, l’Horta y poblaciones cercanas a la capital. Unos serán el grupo de control (solo participan en la evaluación inicial y final) y otros el experimental, es decir, los que harán las actividades del programa, que son 75 en total (25 en P-3, 25 en P-4 y 25 en P-5, dos por semana).

La responsable del programa, Gemma Filella, profesora del departamento de Pedagogía y Psicología de la UdL, explicó que se centrarán en cinco competencias: conciencia emocional (saber qué sienten ellos mismos y qué sienten los otros), gestión emocional propia y de los otros, autoestima, competencias sociales (saber relacionarse bien con los demás) y competencias para la vida y el bienestar. Añadió que para trabajar estas competencias en P-3 se centrarán en los conceptos de estar enfadado, contento y triste mientras que en P-4 incorporarán otros como el miedo y en P5, la sorpresa y las emociones estéticas (las relacionadas con el arte y la creatividad). Detalló que en P-3 trabajarán con los niños la respiración y la relajación y en P-4 añadirán masajes y el Conte de la Tortugueta, que sirve para enseñar autocontrol a los más pequeños de una forma lúdica y que plantea que, ante una situación de conflicto o que les provoque enfado, deben pararse, pensar, respirar y actuar. “La clave es que ya en P-3 sean conscientes de sus emociones y las sepan gestionar. Que s si se enfadan, respiren. Que digan las cosas bien, no de forma agresiva o pasiva, callando”, ejemplificó. Filella remarcó que “si un niño en P-3 comienza a insultar y no le paras, en Secundaria será agresivo”, y destacó que en educación Infantil ya ocurren situaciones conflictivas que pueden desembocar en el futuro en bullying. “La mayoría del bullying se da en sexto de Primaria y en primero de ESO. Pero si a los tres años ya dicen que no quieren ir con alguien porque huele mal, y eso no se para, ese niño será siempre un marginado. Por eso es importante que sean capaces de decir ‘me ha sabido mal que me digas eso y me gustaría que lo dejaras de hacer”, recalcó, y que también trabajarán con los padres. En octubre está prevista la formación del profesorado para aplicar este programa y en diciembre iniciarán las actividades.

Enseñarán a los niños respiración y relajación, y a saber decir sin agresividad qué les molesta

Asimismo, subrayó la necesidad de seguir trabajando la gestión de las emociones de los alumnos hasta el Bachillerato para que sepan gestionar los conflictos tanto en el aula como en la vida. En este sentido, el grupo de investigación que lidera Filella ya creó un videojuego pedagógico para alumnos de 8 a 12 años y de 12 a 16 que les ayuda a resolver conflictos y prevenir el Bullying, y que ya han usado casi 1.500 estudiantes de 17 centros.

Coto a los móviles en muchos institutos en favor de la convivencia

La prohibición de que los alumnos utilicen el teléfono móvil en los institutos se ha generalizado este curso. Muchos incluso vetan directamente que los lleven al centro, como en el instituto de Seròs y el nuevo de Mollerussa, por ejempo, y así se lo comunican a los padres. Otros optan por una limitación de su uso a ciertas zonas, publicitadas con carteles que así lo indican, como el instituto Guindàvols. Y otros también han instalado rótulos pero para detallar que su uso está prohibido en todo el recinto, como el Joan Oró. Los centros argumentan que si los estudiantes no están permanentemente ‘enganchados’ a sus móviles, como sí suele ocurir fuera del horario lectivo, se relacionan más entre ellos y mejora la convivencia en general. Sin embargo, todos los centros de Secundaria defienden el uso de los teléfonos móviles en el aula o en excursiones siempre que sea con finalidades pedagógicas. En este sentido, en el Josep Lladonosa son partidarios de “promocionar su uso responsable”, no de prohibirlo. En el Maria Rúbies defienden también “regular su utilización en espacios comunes y de ocio”. Y en el instituto Aran dejan usarlos en el patio porque “en ocasiones se comunican con la familia para coordinar el transporte a las actividades extraescolares de la tarde, pero el resto del tiempo deben estar apagados”. En todo caso, por ahora la autonomía de centro permite a a cada instituto dictar su propia normativa. No obstante, el gobierno de España se está planteando seguir el ejemplo de Francia, donde la Asamblea Nacional prohibió los móviles en colegios e institutos para todos los alumnos de entre seis y dieciséis años. En cambio, la Generalitat rechaza esta posibilidad y considera que pueden usarse en actividades didácticas.

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