Contra el olvido del 1-O

Un año después del referéndum del 1-O, la mayoría de pancartas de las manifestaciones que recorrieron las calles de toda Catalunya avisaban que “ni oblit, ni perdó”. En Lleida, dos mil estudiantes por la mañana y más de 10.000 personas por la tarde volvieron a exhibir músculo independentista en una jornada en la que se pidió unidad.

Nadie coreó la consigna, pero “políticos, poneros las pilas” bien podría resumir todas las pancartas de las manifestaciones –en plural– que ayer recorrieron las calles de Lleida y de muchas capitales de comarca para conmemorar el primer aniversario del 1-O. En la capital, los estudiantes tomaron las calles al mediodía, después de una mañana movida en la que los CDR llegaron a cortar la LL-11, además de bloquear el acceso a los depósitos de la CLH. También se hicieron concentraciones de trabajadores en empresas e instituciones. Pero el grueso de la movilización se vivió por la tarde. Nueve columnas partieron de otros tantos puntos de votación del 1-O para concentrarse ante la subdelegación del Gobierno y, desde allí, recorrer Francesc Macià, Blondel, la avenida de Madrid y la avenida Catalunya, hasta la delegación del Govern. Más de 10.000 personas (8.000, según la Guardia Urbana) participaron en esta nueva exhibición de fuerza del independentismo, que concluyó con un manifiesto que pedía unidad “para conseguir la república catalana”. Las esteladas y los lazos amarillos compartieron protagonismo con las urnas del 1-O y las papeletas de votación, convertidas en objeto de culto. Mientras, el gobierno de la Generalitat se reunió en Sant Julià de Ramis, donde debía haber votado Carles Puigdemont hace ahora un año y donde se llevaron a cabo las primeras cargas policiales. El presidente, Quim Torra, reivindicó su compromiso por aplicar los resultados del referéndum y felicitó a los CDR por sus acciones reivindicativas. Torra les animó a seguir “presionando”, lo que le valió las críticas de la oposición. Mientras, ERC pidió unidad y JxCAT, luchar por la democracia para conseguir la república en una jornada festiva y reivindicativa, aunque también se vivieron momentos de tensión. En Lleida, un reducido grupo de jóvenes, algunos encapuchados, se enfrentaron a los Mossos que protegían la Subdelegación y hubo algunos identificados. La multitudinaria manifestación de Barcelona también terminó con incidentes cuando un grupo de jóvenes se encaró a los Mossos en Via Laietana y en el Parlament. Uno de los primeros en reaccionar fue Carles Puigdemont vía Twitter: “Si van encapuchados no son del 1-O. Si usan la violencia no son del 1-O”. La otra polémica de la jornada fue que la vicepresidenta Carmen Calvo hizo suya la teoría de que muchas de las imágenes del 1-O eran fakes, lo que indignó a las víctimas.