INVESTIGACIÓN GRUPO CRIMINAL
Inspección en Lleida por una red de tráfico de personas
Introdujeron en España a 730 vietnamitas que explotaban en centros de manicura|| Vivían en zulos y trabajaban 12 horas al día
La Policía Nacional ha desarticulado una organización que introdujo en España 730 vietnamitas para explotarlos en centros de manicura de todo el territorio. La operación policial, que incluyó inspecciones en establecimientos de Lleida y otras quince localidades de toda la península, se ha saldado con la detención de 37 personas, entre ellos un funcionario de la Oficina Única de Extranjeros de Huelva que aportaba los documentos necesarios para justificar los requisitos exigidos para obtener fraudulentamente una autorización de residencia y trabajo por arraigo social. El grupo criminal tenía su infraestructura principal en Barcelona y el método para introducir a los migrantes era el uso fraudulento de los procedimientos de protección internacional y de Menores extranjeros no acompañados (Mena) iniciados en puestos fronterizos como los aeropuertos de Madrid y Barcelona. La red cobraba por persona traficada unos 18.000 euros, logrando, según calculan los investigadores, una cifra de negocio superior a los 13 millones de euros desde enero de 2018, y para abonarlo, los afectados pagaban en efectivo, con trabajo no remunerado o con cesión de tierra y propiedades en el país de origen. Los detenidos daban un “trato humillante” a las víctimas por las condiciones de su alojamiento y trabajo en las viviendas de la organización: los encerraban en pisos, a veces en zulos a los que se accedía por una trampilla, y les sometían a jornadas laborales de 12 horas y sin libertad de movimiento. La investigación empezó a principios de año, tras el aumento de solicitantes de Protección Internacional y del protocolo para Mena en los aeropuertos de Madrid y Barcelona, que nunca continuaban con el expediente administrativo sino que lo único que buscaban era facilitar su acceso a territorio Schengen. Viajaban desde Vietnam hacia diferentes países de Sudamérica, desde donde volaban de regreso para realizar un tránsito ficticio en España y alegar que se trataba de menores no acompañados, pero luego eran explotados laboralmente.