Solo una multa cada 30 días por el incivismo de dueños de perros

Pasear por las calles y zonas verdes de la ciudad es una práctica de riesgo si se quieren mantener las suelas de los zapatos limpias, ya que la proliferación de excrementos de perros que no son recogidas por sus dueños es algo habitual en todos los barrios. Las multas que impone la Guardia Urbana por no recoger las heces son mínimas, alrededor de una al mes. En cambio, el número de sanciones por incumplir la normativa sobre tenencia de perros sí es mayor, ya que hay una veintena al mes. En su mayoría, son por no tener inscrito al can en el censo de animales de compañía, por llevarlo sin correa, por tener un perro de raza potencialmente peligrosa sin la licencia correspondiente o por llevarlo sin bozal. Por lo que se refiere al escaso número de sanciones por los excrementos, tanto la Paeria como la Guardia Urbana siempre han destacado que para ello es necesario que un agente vea “in situ” cómo el perro defeca y acto seguido el dueño se va del lugar sin recoger las heces. La ordenanza de animales de compañía especifica que esta es una infracción de carácter leve que puede multarse con un máximo de 450 euros. Si las sanciones de la Urbana son más que escasas, las advertencias por parte de los agentes cívicos (que no pueden multar) que patrullan por las calles tampoco son muchas. Hasta finales de agosto han dado parte de 29 avisos a propietarios de canes por no recoger las heces, 23 menos que en ese mismo período en 2017. En total, el año pasado se contabilizaron 65 avisos.

Por ello, las asociaciones de vecinos piden medidas más contundentes contra los incívicos. “Pasa en todos los barrios y es difícil de solucionar”, dijo la presidenta de Cappont, Veni Ros. “Es habitual encontrar estos recados en la canalización, Camps Elisis y la plaza Maria Mercè Marçal”. El presidente de Pardinyes, Rafael Fernández, señaló que “hay calles en las que tienes que ir esquivando excrementos” y aboga por aplicar sanciones “más duras y ejemplares”. Por otro lado, el presidente de Balàfia, Toni Baró, abogó por que “sean los ciudadanos los que lo denuncien, porque solo dejándoles en evidencia podemos hacer que cambien su conducta”.