SUCESOS HORTA
Fiesta 'rave' ilegal de 3 días en un edificio ruinoso de Lleida
Organizada por jóvenes de la Franja en las instalaciones de Càrnicas Mir en Rufea
Vecinos de Rufea denunciaron ayer que durante todo el fin de semana se ha celebrado una fiesta ‘rave’ ilegal con música a todo volumen en las instalaciones de Càrnicas Mir, que están abandonadas desde que su dueño fue asesinado en 2009. La Guardia Urbana denunció al organizador y no pudo desalojarles al tener lugar en un edificio privado.
Vecinos de la partida de Rufea, en L’Horta de Lleida, denunciaron ayer que durante todo el fin de semana ha tenido lugar una fiesta ‘rave’ ilegal en las antiguas instalaciones de la empresa Càrnicas Mir, que están abandonadas desde que en 2009 el dueño fue asesinado.
El presidente de la asociación de vecinos de Rufea, Adrià Drago, explicó que la fiesta empezó el viernes por la noche y al cierre de esta edición todavía continuaba. Ayer había hasta treinta vehículos aparcados. Todo apunta a que los asistentes serían jóvenes procedentes de la Franja.
“Hemos estado todo el fin de semana aguantando música a todo volumen de una fiesta particular”, explicó Drago. La rave tuvo lugar en el edificio que ocupaba Cárnicas Mir, actualmente propiedad del “banco malo”, la Sareb, que se encuentra abandonado y su acceso es libre. “A lo largo del año pasado una serie de personas entraron allí en dos ocasiones, pero no pusieron música, y esta vez instalaron un generador y una mesa de mezclas de sonido”, manifestó y denunció que la música estaba con un volumen tan alto que “ha sido realmente molestoso y la docena de torres más cercanas han tenido problemas para dormir”.
Vecinos explicaron que la Guardia Urbana acudió en dos ocasiones al lugar. La primera fue el sábado y los agentes identificaron al promotor y organizador de la fiesta y levantaron un acta para tramitar la correspondiente sanción. Drago apuntó que entonces “bajaron la música cinco minutos”, pero cuando se fueron los agentes, la volvieron a subir. Ayer por la mañana, agentes de la Urbana volvieron y levantaron otra acta. “Nos dijeron que legalmente no podían hacer nada porque las instalaciones son privadas”, manifestó el representante vecinal, quien añadió que los agentes pidieron retirar dos de los vehículos que obstaculizaban un camino.
Por su parte, algunos de los asistentes negaron que hayan causado molestias al vecindario y afirmaron que volverán, aunque reconocieron que “ha venido demasiada gente”. Hace unas semanas organizaron otra en el Polvorí de la Cerdera.
“La música se oía como en la fiesta mayor en los Camps Elisis de Lleida”
El grupo de Whatsapp de la partida de Rufea ha sido el punto de encuentro de los vecinos para descubrir qué estaba pasando en las instalaciones de Cárnicas Mir. “Hace un año hubo una oleada de robos en varias partidas de L’Horta y primero pensamos que quizá eran ladrones que iban a robar en el edificio, mientras que otros temían que no fuera un asentamiento”, explicó ayer uno de los vecinos. “Llegué a la partida el sábado por la mañana y me extrañó oír música a todo volumen, como cuando se celebran la fiestas de mayo en els Camps Elisis de Lleida”, señaló y afirmó que “la música estaba a tope, por lo que los vecinos más cercanos al edificio no han podido descansar”. Otra vecina denunció que “no se puede aguantar una cosa como esta” y que en todo momento han circulando vehículos. “Daba miedo pasar por el camino, que además obstaculizaban”, señaló. Dijo que los vecinos de Rufea están “muy enfadados” porque nadie les hace caso. Al respecto, explicó que desde que la nave fue abandonada hará casi diez años “la han desmantelado entera y los Mossos d’Esquadra nos han dicho siempre que hay que denunciar al propietario, ya que ellos no pueden hacer nada porque es propiedad privada”. Apuntó que es “habitual” que acuda gente a la nave, pero que nunca se ha celebrado una rave como la de ahora y animó a la asociación de vecinos a denunciar la situación.
El asesinato del dueño de la firma en 2009 sigue sin estar resuelto El dueño de dueño de Cárnicas Mir, Santiago Mir, fue asesinado a tiros por cuatro atracadores en la casa situada al lado de la empresa en Rufea, donde vivía, en agosto de 2009. Los cuatro asaltantes entraron en la vivienda de Santiago Mir, cuando éste estaba cenando. Los ladrones, encapuchados, se enfrentaron con el propietario, a quien acabaron asesinando a tiros con una escopeta de cañones recortados. Luego amenazaron a su mujer, que estaba en la casa, a punta de cuchillo. En 2011, los Mossos detuvieron a uno de los presuntos autores, pero la Audiencia les absolvió un año después, por lo que el crimen sigue sin estar resuelto.