REPORTAJE MEDIO AMBIENTE
Calles demasiado ruidosas
El plan de mejora de la calidad acústica constata que casi la cuarta parte de la población sufre exceso de ruido, especialmente en la avenida de Les Garrigues, Passeig de Ronda y Príncep de Viana || Las sonometrías derivadas de las quejas vecinales se han duplicado en solo tres años
El nuevo plan de acción para la mejora de la calidad acústica que ha aprobado el ayuntamiento indica que un 21,33% de la población soporta un nivel de ruido diurno superior al recomendado, 65 decibelios (dbA), mientras que durante la noche, cuando el límite fijado es de 55 decibelios, esta cifra aumenta hasta el 25,11% y hay más de 3.000 vecinos que soportan un ruido superior en dbA al recomendado. Y es que la preocupación por la contaminación acústica ha ido a más en los últimos años tanto a nivel de las instituciones como de los ciudadanos. Un hecho que lo demuestra es que el año pasado el consistorio llevó a cabo un total de 50 sonometrías por quejas vecinales, 17 más que en 2017 y casi el doble que hace tres años.
De este medio centenar, 16 de ellas superaban el máximo legal permitido por las ordenanzas municipales, otras 20 sí que las cumplían y las 14 inspecciones restantes se solucionaron ya sea o porque el exceso de ruido se corrigió o porque se desestimó la queja correspondiente. De estas 16 infracciones que superaban el máximo legal permitido, 11 de ellas eran calificadas como graves y con una multa económica que puede ir desde los 1.001 euros hasta los 10.000 euros. Estas once infracciones correspondían a locales públicos como bares, pubs y discotecas.
De las 50 sonometrías que la Paeria hizo en 2018, 16 de ellas superaban el máximo legal permitido de ruido
En lo que respecta a las zonas con más contaminación acústica, el documento de la Paeria recoge que el Passeig de Ronda, la avenida de Les Garrigues, Príncep de Viana, Alcalde Porqueres, Rovira Roure y Balmes son las vías más ruidosas, que en algunos casos pueden llegar a superar hasta 9 decibelios los límites legales tanto de día como de noche. El denominador común del ruido de estas calles es el tráfico de vehículos y, muy puntualmente, la contaminación acústica que generan discotecas o bares de la zona. Los vecinos que viven en estas calles reconocen estar “acostumbrados” a estos ruidos. “Cuando vas a vivir a una avenida ya sabes que tendrás coches pasando por casa casi todo el día, es cuestión de acostumbrarse”, declaró una vecina de avenida Garrigues.