Prohibición de jugar a la pelota en más de un centenar de plazas y parques de la ciudad

La ciudad de Lleida tiene más de un centenar de plazas y parques infantiles en los que está prohibido jugar a pelota y así está especificado en carteles informativos, que detallan también que no está permitido fumar o entrar con perros. La Paeria argumenta que prohíben jugar al balón en estos espacios “porque así está recomendado”, al considerar “que en un lugar donde hay columpios, ‘sorral’ y otros juegos para niños pequeños puede interferir con balonazos”. El ayuntamiento concreta que hay 111 parques infantiles en la capital, incluyendo Sucs y Raimat, aunque alguno de ellos cuenta con juegos intergeneracionales, de modo que es posible que en esos casos no se especifique la prohibición. En Barcelona, la alcaldesa Ada Colau anunció esta semana la revocación de jugar a pelota en calles y plazas de la capital catalana, pero el ayuntamiento de Lleida no tiene intención por el momento de seguir sus pasos, según un portavoz municipal.

Además de en los parques infantiles, la Paeria ha recibido peticiones de vecinos o a través de la Guardia o de Protección Civil para regular los juegos de pelota en otros espacios. Los técnicos de movilidad estudian caso por caso y, si se considera que existe riesgo para la seguridad de las personas o se provocan daños, el consistorio puede decidir poner carteles de prohibición. Fuentes municipales apuntaron que se ha hecho de forma puntual en algunas plazas, como en L’Ereta, y no pudieron concretar el número total. En Pau Casals, tal como publicó este diario, vecinos y comerciantes recogieron firmas para reclamar que no se pueda jugar al balón en esa plaza por las molestias que provoca. Y en la plaza de Màrius Carretero, una vecina denunció que jóvenes tiraron piedras a su balcón cuando les recriminó que allí no está permitido jugar al balón.

Los vecinos proponen crear pistas deportivas en solares vacíos El presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos, Toni Baró, destacó que la prohibición de jugar al balón se suele incumplir y apostó por cierta flexibilidad solo en algunas zonas donde no provoque molestias al resto de usuarios y, sobre todo, en función de la edad de los niños. “Si son pequeños y te dan un balonazo, no pasa nada. Pero si son mayores de diez años, ya es otra cosa”, argumentó. Asimismo, abogó por habilitar espacios en la ciudad destinados específicamente a este tipo de ocio, al estilo de las pistas deportivas junto al cubrimiento de las vías, en Balàfia. “Hay déficit de estos espacios. Se podrían aprovechar solares vacíos, por ejemplo”, indicó, y planteó que la Federación de Asociaciones de Vecinos podría asesorar al ayuntamiento para encontrar las zonas idóneas para adecuar estas pistas. También apuntó la necesidad de establecer normas para que su uso no moleste al vecindario.