Sólo uno de cada cien leridanos está afiliado a alguna formación política

La próxima primavera, habrá elecciones generales, municipales y europeas, por lo que los partidos pondrán toda la carne en el asador. No obstante, el papel de sus militantes en las campañas es cada vez más residual, entre otras cosas porque su número es reducido. En Lleida, los principales partidos solo suman un afiliado por cada cien habitantes.

Las primarias del PSC que el PSC celebró en Lleida ciudad el pasado mes de agosto para elegir al sucesor de Àngel Ros en la alcaldía hicieron público que su censo era de 368 militantes, una cifra que a priori parece reducida cuando es el partido que ha ganado todas las elecciones municipales celebradas en la capital desde 1979. Pero esta es la tónica de todos los partidos ya que, por ejemplo, el PDeCAT cuenta con unos 400 afiliados y ERC, con alrededor de 200, según fuentes de ambos partidos. A nivel de la provincia la situación es similar. De acuerdo con los datos facilitados oficialmente por los principales partidos o por fuentes de los mismos, en total suman algo más de 4.500 militantes, lo que supone solo uno de cada 100 habitantes de Lleida. Así, el PDeCAT tiene unos 1.500 entre el llano y el Pirineo; ERC, unos 825; el PSC afirma tener 850; el PP, unos 700; Ciutadans, 178: Catalunya en Comú, 370; y la CUP, unos 200. Eso sí, varios cuentan con registros de simpatizantes, como por ejemplo ERC (260 simpatizantes que también pagan una cuota y 2.900 amigos) el PSC (3.530) o Ciutadans (algo más de un millar).

En comparación con otras entidades cívicas, los partidos tienen menos de la mitad de socios de la Federación de Asoicaciones de Vecinos de Lleida ciudad (12.300) y también quedan por debajo de los abonados que suman el Lleida Esportiu y el Força Lleida (unos 5.000).

Creen que el papel de los militantes cada vez es más residual frente a las nuevas tecnologías

Pere Vilanova, catedrático de Ciencia Política de la Universitat de Barcelona, señala que el bajo nivel de militancia es generalizado en toda Europa occidental,y destaca que la participación de los militantes en las campañas es residual frente a los medios de comunicación y, cada vez más, las nuevas tecnologías. Cree que las primarias no acaban de funcionar porque en la mayoría de los casos “es la dirección quién decide el candidato”. “Los partidos son menos democráticos que las instituciones en las que participan”, opina, aunque remarca que, como dijo Churchill, “la democracia es el menos malo de los sistemas políticos”. Por su parte, Francesc Pallarés, catedrático de Ciencia Política de la Pompeu, considera que las direcciones “no tienen demasiado interés en tener mucha gente, porque cada vez más deben tomar decisiones rápidas que se verían dificultadas por un proceso de democracia interna”, aunque vaticina que las primarias se acabarán consolidando.

Proporción aún inferior en Catalunya y cuotas de 20 a 136 euros “Me afilié a CDC en 1978, pero desde 1975 acompañaba a Maria Rúbies a los sitios, éramos amigas y ella no conducía. Había mucha ilusión y voluntariado, ahora se ha profesionalizado. Ayudo desde la segunda línea, cuando acabó mi etapa como cargo público creí que debía dar un paso atrás”.