El cementerio, casi sin nichos disponibles para albergar las urnas de difuntos incinerados

El cementerio municipal de Lleida prácticamente no tiene disponibles nichos destinados a inhumar urnas con las cenizas de difuntos, denominados columbarios. Según ha podido saber este diario, hace pocos días solo quedaba uno en la quinta fila del departamento de Sant Jaume y otros tres de cuarta fila en el de Sant Anastasi. Familiares de personas finadas recientemente explicaron que solo les ofrecieron estas cuatro posibilidades, que rechazaron por ser de difícil acceso al estar situados los columbarios a demasiada altura, de modo que optaron por no dar sepultura por ahora a las cenizas en el cementerio hasta que se habiliten más.

Por su parte, un portavoz municipal indicó que quedan nichos para urnas funerarias repartidos en diferentes departamentos del camposanto, pero no precisó cuántos, de manera que “si alguien quiere, hay”. Asimismo, aseguró que en la actualidad no existe demasiada demanda de columbarios, aunque remarcó que está proyectada la construcción de nuevos para este mismo año, puesto que están obligados a ofrecer este servicio.

En este sentido, en la última visita al cementerio con motivo de la festividad de Tots Sants, el alcalde, Fèlix Larrosa, anunció que está prevista la reconversión del espacio de la Sala de la Pau en una zona con 188 columbarios para las personas que quieren ser incineradas.

Igual que ocurre con los nichos tradicionales, el precio de lo columbarios varía en función de su ubicación y viene determinado por la tasa del cementerio, enmarcada en las ordenanzas fiscales. Su coste oscila entre los 134,10 de algunos de los situados en el departamento de Sant Jaume, hasta los 1.274,80 de los que son de mayores dimensiones (ver claves).

Alrededor de un tercio de los fallecidos son incinerados Del total de personas fallecidas en el último año, en un 27% de los casos los familiares optaron por la incineración, frente al 36% del año anterior. El 73% restante eligió la inhumación tradicional y, según la Paeria, la mayoría de los que optan por el entierro en un nicho lo hacen en uno que ya disponen. Asimismo, el crematorio se encuentra en el recinto del cementerio municipal de la capital, por lo que la incineración supone un plus por el traslado en caso de ser el finado de otra población, lo que encarece la operación de unos 350 euros hasta unos 1.100. Este último precio incluye el traslado, la incineración y la urna para las cenizas. En todo caso, la opción de la incineración es bastante reducida en el Pirineo y tan solo el 12% de los servicios contratados son incineraciones. Cuando se da el caso, las funerarias llevan al difunto hasta Lleida, el lugar más próximo donde disponen de horno crematorio.