IGLESIA PEDERASTIA
Un sacerdote que asesinó a un niño ejerció 17 años en Lleida tras salir de la cárcel
Asestó 47 navajazos a un monaguillo y trabajó en el barrio leridano desde 1985 hasta su muerte en 2002
Josep Prat Balaguer, un sacerdote que asesinó en 1971 a un monaguillo de 9 años cuando estaba destinado en el Port de Sagunt (Valencia), ejerció tras salir de la cárcel en el barrio de La Bordeta de Lleida durante 17 años, entre 1985 y 2002, año en el que falleció. El terrible crimen ocurrió el 2 de marzo de 1971 en la parroquia de Begoña de la localidad valenciana. El sacerdote acabó con la vida del pequeño de 47 puñaladas con un abrecartas, además de golpearle con un pesado cenicero metálico e intentar estrangularlo. Aunque él mismo se entregó a las autoridades por “miedo” a la reacción de los vecinos, algunas informaciones apuntaron a que intentó deshacerse del cuerpo del pequeño, Francisco Calero Navalón, más conocido como Paquito, tirándolo a un pozo. “Un ataque de locura”, le dijo el asesino a un compañero cuando vio lo que había hecho.
La localidad quedó conmocionada, aunque el crimen tuvo poca repercusión en los medios de comunicación al producirse en plena dictadura franquista y verse implicado un miembro del clero. Finalmente, un tribunal condenó al sacerdote a 17 años de prisión menor por asesinato con la atenuante de enajenación. También se le impuso el destierro durante tres años del Port de Sagunt. De esta condena, solo cumplió seis años. Cabe recordar que antes de la reforma del Código Penal en 1995 los reos podían redimir un día de condena por cada dos de trabajo, lo que reducía considerablemente el tiempo de reclusión.
La noticia de que el cura siguió ejerciendo en Lleida causó gran indignación a la familia de la víctima
La familia de la víctima y los vecinos del municipio perdieron la pista al sacerdote hasta que la publicación de un libro revelaba que tras cumplir seis años de prisión había vuelto al redil de la Iglesia. Según esta biografía, en 1977 llegó a la ciudad alicantina de Tángel y, tras ocho años, fue destinado en octubre de 1985 a Lleida, concretamente a la parroquia del barrio de La Bordeta. El obispado de Lleida puntualizó ayer a este diario que no era un sacerdote de la diócesis, ya que pertenecía a la Congregación de la Misión de los Padres Paúles. En la Bordeta estuvo Prat hasta pocos meses antes de su muerte, en 2002, a los 85 años. La hermana del niño asesinado aseguró que el párroco violó varias veces al pequeño antes de matarle. También en la prensa de la época se relataron varias agresiones sexuales del sacerdote.