Sorpresa y rabia en La Bordeta al conocer el pasado de un sacerdote

La noticia de que un sacerdote condenado por matar a un niño en Port de Sagunt (Valencia) en 1971 estuvo ejerciendo en Lleida durante 17 años después del crimen, tal como avanzó SEGRE ayer, causó una gran sorpresa e indignación entre los vecinos de La Bordeta, barrio al que fue destinado el cura Josep Prat Balaguer entre 1985 y 2002. Fuentes vecinales consultadas por este diario señalaron que nadie sabía del “pasado oscuro” de este clérigo, de la orden de los Paúles, y mostraron su “rabia” por los hechos por los que fue condenado. Asimismo, instaron a acabar con los abusos sexuales en el seno de la Iglesia y pidieron más transparencia en estos casos. Además, exigieron el “máximo castigo” posible para los responsables y también para aquellos que los encubren. Los vecinos también mostraron su “indignación” por las circunstancias del crimen por el que fue condenado este cura, que estuvo en la parroquia de La Bordeta durante 17 años.

Como publicó ayer SEGRE, Josep Prat Balaguer fue condenado en noviembre de 1971 a 17 años de prisión por el asesinato del pequeño Francisco Caldero (“Paquito), de 9 años. Le asestó 47 puñaladas con un abrecartas e intentó deshacerse del cuerpo. Según las informaciones periodísticas de la época, el cura también violó al niño, aunque la sentencia solo le condenó por asesinato. La familia de la víctima aseguró asimismo que habían existido abusos sexuales. El cura estuvo en prisión unos seis años y después fue trasladado a Lleida hasta que murió en 2002 en una residencia de Barcelona. Un destino que la familia de la víctima desconocía, al creer que le habían apartado de la Iglesia. La publicación de un libro reveló que Prat Balaguer había sido destinado al barrio leridano de La Bordeta en 1985. A raíz de esa publicación, la orden Padres de Paúl, a la que pertenecía el religioso, dijo que le había estado “controlando y vigilando” hasta su muerte en 2002 y añadió que nunca llegó a desempeñar ningún cargo pastoral en Lleida.

El obispo de Lleida comparte las palabras del papa de llevar a todos los abusadores a los juzgados

Por otra parte, el obispo de Lleida, Salvador Giménez, manifestó ayer su preocupación ante los casos de pederastia que involucran a la Iglesia católica. En un acto en Alpicat, el obispo compartió las palabras del papa Francisco, que el domingo aseguró que la Iglesia llevará a los abusadores ante la Justicia, y remarcó que es un problema que debe resolverse “más allá de los niveles eclesiásticos”.