Alta velocidad de cercanías

Once años después de que Lleida y Barcelona quedaron conectadas con la línea de alta velocidad, los AVE y Avant no han hecho más que ganar viajeros, mientras los regionales se han quedado obsoletos y pierden usuarios. Unos 200 leridanos utilizan a diario esta red de cercanías de alta velocidad para trabajar en Barcelona.

La conexión ferroviaria entre Lleida y Barcelona con alta velocidad llegó en 2008 y facilitó los desplazamientos en tren entre ambas ciudades, ya que el ahorro de tiempo con respecto a los regionales es de hasta dos horas. Dos años después, los trenes Avant y AVE registraron un total de 416.873 pasajeros y los regionales, 78.000. En total, fueron 494.873, mientras que el año pasado hubo 546.700. Todo este aumento está motivado por la alta velocidad, que en estos ocho años ha ganado 80.000 viajeros. En cambio, los regionales han perdido casi 30.000, ya que han bajado a unos 50.000 al año.

Hay que tener en cuenta que la “medalla” no se la lleva el AVE, sino el Avant, que tarda cinco minutos más (1h 10’) y es casi 12 euros más barato. Un billete de AVE sin oferta cuesta 43 euros y el de Avant, 31,50 (cuando se inauguró costaba 20 euros).

Usuarios diarios del Avant piden una mayor flexibilidad en los abonos y más frecuencia horaria

Este servicio de media distancia a alta velocidad es utilizado a diario por unos 200 leridanos que trabajan en Barcelona, ya que muchos de ellos afirman que les sale más rentable que vivir en la ciudad condal. Compran el abono Tarjeta Plus 10 que permite gastar diez viajes en ocho días. Cuesta 129,40 euros. En 2010 crearon una plataforma que integran 75 personas y su mayor reivindicación es la de una mayor flexibilidad en los abonos. “Si un día no puedes acudir a trabajar pierdes ese billete, porque la temporalidad es de tan solo ocho días”, explica Marc Lana, que afirma que si el abono se pudiese gastar en 30 días, a la larga, se ahorrarían mucho dinero. “Además, los horarios del Avant son muy limitados, cada dos horas, y si pudiéramos coger un AVE, como sí pueden los de Girona con el mismo abono, nos facilitaría la conciliación laboral y familiar”, manifiesta. La plataforma denuncia que en ocasiones se solapan AVE y Avant a la misma hora, mientras que en otras no

hay ningún tren programado. También piden poder usar los regionales en el Área Metropolitana, como sí pueden hacerlo los viajeros de AVE y facilitar el reembolso de abonos por causa justificada -baja médica, por ejemplo- cuando no se utilicen la totalidad de los viajes.

La plataforma no entiende por qué Renfe no los escucha y que limite a decirles que “es nuestra política”, pero ellos consideran que como usuarios fidelizados que gastan unos 5.000 euros anuales “debería hacernos caso”.

Algunos de los usuarios de Lleida que van cada día a trabajar a Barcelona, como Mari Carmen, Albert y Marc, consideran que “el servicio está pensado para ir diariamente a Barcelona y no a la inversa, por cómo están distribuidos los horarios”. Aunque no saben el número, creen que los que viven en la capital catalana y vienen directamente a trabajar a Lleida son muy pocos.

A pesar de las críticas expuestas anteriormente, alaban la puntualidad de los Avant. Todos coinciden en que es “duro”, pero “te acabas acostumbrado” y Albert señala que se reparte las vacaciones para descansar y por su familia. El elevado coste de vivir en Barcelona es la razón por la que cogen el tren cada día. “El asiento es mi alquiler o mi hipoteca”, afirman. Algunos lo aprovechan para desconectar y otros para trabajar, pero es complicado porque no hay conexión a internet (está previsto que los AVE tengan wifi en abril). Eso sí, además de crear la plataforma para reivindicaciones, algunos han hecho “buenas amistades” y han celebrado más de una cena de Navidad.