Mercè Agustí: «Necesitamos más médicos»

¿Le haría ilusión salir elegida?

Pues sí. Sería como un nuevo aprendizaje ocupando un lugar en el que luchar por el futuro que a mí me gustaría.

¿Cuál es ese futuro?

Pues un lugar en el que la riqueza estuviera más repartida, en el que el planeta no estuviera en riesgo y en el que los servicios públicos y el dinero público fueran realmente públicos. Y también en el que las mujeres fuésemos del todo libres, sin el riesgo de ser maltratadas y sin el sentimiento de culpa y de responsabilidad que pesa sobre nosotras.

Hablando de mujeres, su formación es En Comú Podem y en el resto del Estado, Unidas Podemos. ¿No es liante?

No tengo claro que sea muy útil esto de “feminizar” el lenguaje, pero puede generar debate y esto ayuda a avanzar.

Fachín, Nuet y Alamany se han ido. ¿El independismo ha hecho daño al partido?

Sí, nos ha hecho daño. Estamos en una situación de blanco y negro, pero el gris también existe. El proceso de autogobierno catalán debe hacerse pero sin tanta prisa. No es una prioridad como sí lo son la agenda social, la sostenibilidad... La tozudez de la independencia estimula un auge de la extrema derecha y esto es peligroso.

Usted es doctora, se podía jubilar y no lo ha hecho. ¿Por qué?

Me parecía que no sabría cómo pasar el tiempo. He bajado el ritmo pero sigo en el CAP de Tàrrega porque disfruto con el trabajo. Además, estamos tan faltos de médicos...

La atención primaria que tenemos, ¿es la que nos merecemos?

¡En absoluto! Está bien diseñada pero le faltan recursos humanos y de tiempo. Tras las protestas, que eran solo para pedir tiempo, conseguimos alargar dos minutos las visitas. Necesitamos más médicos y la solución debe gestarse ahora porque la mejora no se verá hasta dentro de 7 años, cuando acaben la formación.

Con la Marea Blanca, lograron paralizar el Consorcio Sanitario de Lleida. ¿Orgullosa?

¡Mucho! Es la primera vez que una lucha desde la calle llegó al Parlament, y la ganamos.

Usted estaba entonces de la órbita socialista, ¿no?

Empecé 2002 con la plataforma Ciutadans pel Canvi, de apoyo a Pasqual Maragall. Después estuve un tiempo con el PSC pero lo dejé cuando Àngel Ros apoyó al Consorcio, que pretendía traspasar servicios a la privada.