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URBANISMO CENTRO CIUDAD

Calle desalineada

Príncep de Viana lleva esperando completar su alineación desde hace más de 60 años y actualmente sobresalen dos edificios junto a Prat de la Riba y Alfred Perenya || El coste que supondría para el ayuntamiento expropiarlos provoca que la remodelación dependa de la iniciativa privada

Imagen de Príncep de Viana con los dos edificios que sobresalen junto a Prat de la Riba y Alfred Perenya.

Imagen de Príncep de Viana con los dos edificios que sobresalen junto a Prat de la Riba y Alfred Perenya.AMADO FORROLLA

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La calle Príncep de Viana está pendiente de completar su alineación para ganar amplitud desde hace más de 60 años. Hace un tiempo se culminó en el tramo entre Sant Ruf y Comtes d’Urgell, pero falta el de entre Prat de la Riba y Alfred Perenya, con sendos inmuebles que sobresalen en ambos extremos del mismo. Josep Maria Llop, excoordinador de Urbanismo de la Paeria y quizás el mejor conocedor de la evolución de la ciudad en las últimas décadas, señala que el Plan General Municipal (PGM) de 1957 fue el que estableció la alineación de calles de la circunvalación interior (por aquel entonces podía decirse que era la exterior), como Príncep de Viana y Balmes. El objetivo era que, a medida que se fueran renovando, todos los edificios tuvieran su fachada alineada con la de los más nuevos, situada más atrás. Llop atribuye el hecho de que la de la Príncep de Viana todavía no se haya completado a que estas actuaciones dependen de la promoción privada, ya que aunque el ayuntamiento podría expropiar los edificios, sería una operación costosísima para las arcas municipales por la que apenas recibiría ninguna contraprestación. Explica que la normativa establece que los inmuebles afectados por una alineación pueden ser objeto de obras de mantenimiento, pero en ningún caso de grandes reformas, y que fue la ley de Urbanismo de 1976 la que los calificó como “fuera de ordenación”. Añade que una nueva ley estatal de 1998 fijó de forma más detallada lo que implicaba esta calificación, aunque hubo numerosos recursos de comunidades autonómicas por invasión de competencias. Llop recurre a una anécdota para ilustrar lo difícil que a veces resulta trasladar la planificación urbanística a la realidad: “En 1976, cuando era muy joven y trabajaba en el plan metropolitano de Barcelona, tuve un jefe, Ignasi Subías, ya mayor, que decía que había visto mantenerse algunas afectaciones durante los 50 años que llevaba en la profesión”.

Otra de las personas que trabajó en el PGM de 1979 fue el economista Ramón Morell, que aboga por no hacer ninguna actuación urbanística en Príncep de Viana. “La calle Balmes también se quería alinear en 1979 para que coincidiera en amplitud con la Rambla d’Aragó y al final el cambio se hizo solo, por lo que si en Príncep de Viana la alineación depende de solo dos edificios no se debería hacer nada, ya que estos bloques acabarán desapareciendo”.

Los vecinos piden que los 2 edificios sean derribados El presidente de la asociación de vecinos del Clot y Confluencias, Manel Rodríguez, mostró su apoyo a que se alinee Príncep de Viana cuanto antes porque “el resto de la calle está pendiente de solo estos dos edificios que faltan, es necesario”. Dejando el argumento estético a un lado, Rodríguez aseguró que es necesario hacerlo “porque servicios como el alumbrado se ven afectados por esta anomalía, ya que los edificios que sobresalen tapan parte de la luz de la calle”. Paralelamente, el presidente vecinal denunció que el edificio en el cruce con Prat de la Riba genera problemas de salubridad. “Es un nido de palomas y ratas que se están expandiendo a otros edificios, por lo que se debería derribar y limpiar el espacio cuanto antes”, aseguró Rodríguez.

Imagen de Príncep de Viana con los dos edificios que sobresalen junto a Prat de la Riba y Alfred Perenya.

Imagen de Príncep de Viana con los dos edificios que sobresalen junto a Prat de la Riba y Alfred Perenya.AMADO FORROLLA

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