Centro Histórico/Universitat. Bien equipado, mal iluminado

La mayoría de los centros históricos de las grandes ciudades tienen la característica de ser zonas con encanto, historia y cultura. El de Lleida no es una excepción, pero los vecinos reconocen que tienen un estigma respecto el resto de barrios que hay que romper y hacer que la gente “se anime a venir al Centro Histórico”. Así lo asegura su presidenta vecinal, Cristina Armengol, que recalca que “los ciudadanos relacionan nuestro barrio con inmigración, pero no tenemos más que el resto de barrios de la ciudad, además de que la mayoría de ellos están integrados”. No obstante, lamenta que las acciones de unos pocos perjudiquen a todos los vecinos, y Armengol pide “acabar con el estigma que tenemos encima para poder prosperar”. Por ello, reivindica el encanto de su barrio y confía en que los próximos años “la gente joven se anime a venir a vivir aquí, ya que se están haciendo acciones para atraer a nuevos vecinos y contamos con todos los equipamientos que un barrio necesita, desde un Centro de Atención Primaria, supermercados, escuelas o bares y restaurantes, aunque también necesitaríamos un impulso al pequeño comercio desde las administraciones”. La nota negativa del Barri Antic es algo que se reproduce en la mayoría de barrios, que es la falta de iluminación de sus calles y el aumento del incivismo y la inseguridad. “Necesitamos más vigilancia. Gente mala hay en todas partes pero creemos que es necesario que la policía esté más encima del Centro Histórico”, señala Armengol. Por ello, asegura que mejorar la luz es “un primer paso para frenar la delincuencia y el incivismo”.

Un problema similar tienen en el barrio vecino, Universitat, en el que los robos y el vandalismo se han convertido en una tónica demasiado habitual. Su presidente vecinal, Robert Setó, considera, como Armengol, que el aumento de la delincuencia va de la mano de la poca iluminación de las calles. “La falta de luz da inseguridad”, añade. Asimismo, los vecinos denuncian que en los últimos años en calles como Ciutat de Fraga o Joan Baget los asaltos y actos vandálicos se han multiplicado, a la vez que piden un mejor mantenimiento de la mayoría de aceras del barrio. Por otro lado, Setó considera que su barrio “está muy bien situado, es el centro absoluto de la ciudad y estamos satisfechos con los equipamientos que disponemos, aunque nos faltaría un Centro de Atención Primaria”. Paralelamente, el presidente vecinal señala que la crisis económica hizo estragos en el pequeño comercio y que en los últimos meses el sector se está recuperando. “Poco a poco vamos tirando hacia adelante, pero necesitaríamos un plan de dinamización comercial cuanto antes porque el barrio necesita tiendas”, concluye Setó.