TRIBUNALES JUICIO
Condenado por agredir a la exlíder de la ANC en Lleida en un acto en el Clot
Imponen al agresor sendas multas de 150 euros por los delitos leves de lesiones y daños || Deberá indemnizar a la víctima por las heridas y por romperle el móvil
Un hombre fue condenado ayer por agredir a la expresidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) en Lleida, Rosa Burrell, en junio del año pasado en la plaza Constitució, en el Clot de les Granotes, al acabar el acto de presentación de la campaña ‘Demà pots ser tu’ de Òmnium Cultural. El juicio se celebró ayer al mediodía y la magistrada impuso al acusado, que reconoció los hechos, sendas multas de 150 euros como autor de los delitos leves (antiguas faltas) de lesiones y daños. Se trata de dos multas de cinco euros diarios durante un mes, según explicó Mercè Jordana, letrada de Burell e integrante de Advocacia per la Democràcia de Lleida. Además, el condenado deberá indemnizar a Burrell por las heridas que le causó y por romperle el móvil. El juicio pudo celebrarse ayer después de que se suspendiera en febrero porque el acusado no se presentó.
La agresión se produjo el 7 de junio del año pasado cuando desmontaban el material del acto de Òmnium Cultural ‘Llibertats en perill’ en el marco de la campaña ‘Demà pots ser tu’. Anteriormente, el condenado había intentado boicotear el acto y gritaba insultos contra los presos independentistas. Los Mossos, tras ser alertados, se llevaron al hombre. Sin embargo, este regresó y se encaró a los técnicos. Burell cogió su móvil y empezó a grabar la escena. “Al verlo, se volvió hacia mí, me agredió y estrelló el móvil contra el suelo”, añadió. El hombre le propinó varios golpes. Rosa Burrell denunció la agresión ante los Mossos d’Esquadra, que identificaron al autor poco después gracias a las imágenes aportadas por otros testigos.
El hombre, que lo reconoció, agredió a Rosa Burrell cuando ya había finalizado el acto
La expresidenta de la ANC estuvo acompañada ayer por una treintena de personas, que le dieron su apoyo en las puertas del edificio judicial del Canyeret. Desde Advocacia per la Democràcia afirmaron que “hemos puesto fin a una impunidad más”.