ESNOTICIA
La ciencia y la tecnología, piezas claves en la investigación criminal
Desde ladrones detenidos por la ‘huella’ de su oreja a pruebas insólitas como el molde de la dentadura de un asesino || El rastreo de móviles es otro gran aliado
La continua evolución en ciencia y tecnología han sido fundamentales en la investigación criminal. Los Mossos aplicaron algunas metodologías de estas características por primera vez en Lleida. A técnicas ya conocidas como son las huellas dactilares o el ADN añadieron otras de curiosas como los otogramas (la ‘huella’ de la oreja). En el año 2000, utilizaron este curioso sistema de identificación para desarticular una banda a la que atribuyeron asaltos a 80 pisos de la provincia. Así, uno de los integrantes de la banda fue identificado porque dejó la huella de su pabellón auditivo en una puerta de un domicilio a la que había pegado el oído para saber si había alguien en su interior. Otro de los casos estrella fue la detención de Serafín Cervilla, que asesinó a su novia en Cervera. El molde de su dentadura se correspondía con un mordisco que presentaba la víctima en un pecho. Fue una prueba clave para considerarle culpable y condenarlo a 30 años de prisión.
Otro de los crímenes que causaron un gran impacto social fue el de María Isabel Bascuñana, una estudiante de la Universitat de Lleida asesinada en 2004. Una semana después, los Mossos detuvieron a Gilberto Antonio Chamba Jaramillo, conocido como el ‘Monstruo de Machala’, quien anteriomente había matado a ocho mujeres en Ecuador. Cuando le arrestaron ya tenía los billetes de avión para huir. “Fue un caso que me marcó”, explica Roderic Moreno, que en ese momento era el jefe de investigación. En cambio, lamenta no haber podido resolver otro crimen, el de Isaac Martínez, un vecino de Cappont que fue tiroteado cuando salía con el coche del parking de su casa en 2006. Moreno recuerda que hace dos décadas en las comarcas de Ponent había una media de unos cinco homicidios anuales.
Se detectó por primera vez en Catalunya la estafa de los billetes tintados o la clonación de tarjetas
La tecnología también es una gran aliada de los Mossos. Un ejemplo es el rastreo de los teléfonos móviles, que permiten la geolocalización. En muchos casos es una prueba que acaba siendo fundamental para obtener una sentencia condenatoria. Es el caso del joven condenado a 14 años de prisión por violar a una mujer en 2014 en Mollerussa. Se ubicó su teléfono en la zona a la hora en la que atacaron a la víctima.
En Lleida se detectó por primera vez en Catalunya la estafa de los billetes tintados o del skimming, el robo de información de tarjetas de crédito para después clonarlas gracias a un minilector de tarjetas y la colocación de cámaras en cajeros para conseguir el número secreto de los usuarios.