Piden 12 años para el empresario cárnico que mató a su cuñado

La familia de Eduard Ardiaca Olalla, el vecino de Lleida de 42 años que murió tras ser tiroteado por su cuñado, el empresario cárnico Josep Puig-Gros Batsi, el 19 de junio de 2017 (mañana se cumplen dos años), solicita para el acusado (que confesó el crimen, como avanzó SEGRE) una pena de doce años de cárcel por un delito de homicidio. La familia de la víctima ejerce la acusación particular y el juicio, con jurado popular, podría celebrarse después del verano.

Paralelamente, está previsto que mañana tenga lugar una comparecencia en la que la Fiscalía y la acusación pedirán que se prorrogue la prisión provisional de Josep Puig-Gros para que no sea excarcelado, ya que el próximo lunes se cumplen dos años de su ingreso en la cárcel, el límite máximo que permite la ley si no hay prórrogas.

En febrero compareció ante el juez a petición propia para confesar que había matado a Eduard Ardiaca

Josep Puig-Gros Batsi confesó el crimen a mediados de febrero en una comparecencia a petición propia en el juzgado que ha investigado el caso. Hasta entonces siempre había negado ser el autor del crimen pese a la multitud de indicios que había contra él. El empresario, vecino de Benavent de Segrià, declaró que disparó a su cuñado durante una discusión y que, posteriormente, trasladó su cadáver hasta Barcelona.

El crimen se produjo el lunes 19 de junio de 2017 en el obrador que la empresa familiar tenía en Torre-serona, en la que se encontraron casquillos de bala. Según Puig-Gros, durante una discusión con Ardiaca por temas económicos forcejearon y acabó disparando a su cuñado. Posteriormente, trasladó el cadáver utilizando el coche de la víctima a Barcelona. Ese mismo lunes la mujer de Ardiaca, hermana del acusado, denunció la desaparición. El cadáver no fue hallado hasta el día 23 dentro del maletero de su vehículo en una calle de Sants. Los vecinos advirtieron a los Mossos del hedor que salía de un Volkswagen Golf. Sin embargo, dos días antes (el 21), la policía citó al empresario cárnico a la comisaría de Lleida, donde le arrestaron como principal sospechoso de la desaparición, ya que todavía se desconocía el paradero de Ardiaca. Dijo que había estado en Barcelona pero añadió que fue por temas financieros. También acudió al campo de tiro para disparar, según los Mossos, para tener una coartada.