Uno de cada 2 conductores muertos en accidente iba bebido o drogado

Uno de cada dos conductores que fallecieron el año pasado en accidentes en las carreteras catalanas iban bebidos o drogados, según revelaron la autopsias. Así lo subrayó ayer durante la presentación del balance anual de siniestralidad el director del Servei Català de Trànsit, Juli Gendrau, quien alertó del aumento de las conductas de riesgo al volante. A pesar de que las víctimas mortales en accidentes de tráfico en los seis primeros meses del año se han reducido un 12% respecto al mismo período del 2018, cuando se registraron 102, Gendrau destacó que un 10% menos de víctimas mortales llevaban el cinturón de seguridad. Asimismo, han aumentado las causas de accidentes por distracciones (10% más) y exceso de velocidad (18%). Por su parte, el conseller de Interior de la Generalitat, Miquel Buch, valoró positivamente el descenso de accidentes mortales en las carreteras en lo que va de año, aunque apuntó que el objetivo es que haya “cero víctimas de tráfico” y pidió a los conductores y acompañantes no bajar la guardia en verano, un periodo que “es de alto riesgo por la alta movilidad y la relajación en algunas conductas”. Y es que el 23% de los accidentes mortales se concentran en los meses de verano, fruto de la relajación, el desconocimiento de los trayectos, una mayor presencia de motocicletas y bicicletas, y las conductas negligentes como el consumo de alcohol y drogas. El 54,7% de los accidentes registrados entre enero y junio de este año se concentraron en los fines de semana, y especialmente el viernes por la tarde en las operaciones salida. En cuanto a la edad de las víctimas, han aumentado un 23% los mayores de 65 años (27 fallecidos). Asimismo, en el 35% de los accidentes fueron salidas de vía, lo que según el director de Trànsit demuestra posibles actitudes negligentes como exceso de velocidad, distracciones o alcohol. “Se trata del porcentaje más elevado de los últimos años”, apuntó Gendrau, haciendo referencia a los accidentes con un solo vehículo implicado. En las comarcas leridanas, este año se han registrado un total de 17 víctimas mortales, una menos que en el mismo período del 2018. El último fallecido fue un motorista de 21 años que se salió de la vía en el barrio de La Bordeta de Lleida.