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Una denuncia al mes por sextorsión o acoso a menores en internet en Lleida

El envío de fotos o vídeos sexuales sin consentimiento, en alza entre adolescentes

Los jóvenes tienen acceso permanente a internet a través de sus teléfonos móviles.

Los jóvenes tienen acceso permanente a internet a través de sus teléfonos móviles.SEGRE

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El uso masivo de las redes sociales ha incrementado el riesgo a sufrid violencia digital. Los Mossos d’Esquadra registran de media una denuncia al mes por sextorsión o acoso a menores a través de internet en la provincia de Lleida. Los expertos apuestan por una reforma penal y trabajar por la prevención y la autoprotección.

que había enviado a una expareja.

Con el acceso a material sexual a edades cada vez más tempranas, los Mossos ya destinan sus actividades de prevención a alumnos de Primaria. Lo hacen con el programa Internet Segura en las escuelas, en vigor desde 2008. “Es muy importante controlar lo que publicamos en las redes sociales. Los jóvenes no tienen el concepto de espacio privado y envían una foto por Whatsapp o Instagram antes de verla, sin ser conscientes de que pierden el control de su privacidad y que esa imagen siempre estará en internet”, asegura Cortasa. . “Luchamos contra la popularidad, para evitar conductas de riesgo solo para conseguir likes, y trabajamos el concepto de lo que es público, privado e íntimo”, señala Cortasa.

– Genera contraseñas seguras

(combina letras y números, mayúsculas y minúsculas) y no las compartas.

– Antes de colgar contenidos en Internet

Entre los adultos, los ciberdelitos sexuales más comunes son la sextorsión y la pornovenganza, además del control que se ejerce en la violencia machista. En Ponent, los Mossos reciben de media entre una y dos denuncias al mes por sextorsión, alertando de que la inmensa mayoría de los casos no trascienden porque las víctimas prefieren pagar. Las cantidades van desde los 500 a los 4.000 euros y se dan casos en que, pese a ceder al chantaje, las imágenes se difunden. “Los ciberdelincuentes hacen un estudio previo de la víctima, por lo que es muy importante proteger los datos que publicamos en la red”, señalan Cortasa y Sus.

Utilizar el sentido común es la clave para evitar este tipo de delitos, ya que tanto Mossos como abogados y asociaciones alertan de que “somos demasiado confiados en internet”. La reforma del Código Penal en 2015 introdujo la tipificación de algunos delitos sexuales a través de internet, como el ciberacoso o el sexting. La abogada leridana Mireia Pardell señala que debería plantearse una reforma que incluya un apartado específico para la violencia digital. Por su parte, Encarni Iglesias, de la asociación Stop Violencia de género Digital, apuesta por incrementar la educación de los niños y de los padres.

El uso masivo de las redes sociales ha incrementado el riesgo a sufrir cualquier tipo de delito a cualquier edad. Sin embargo, los más vulnerables son los menores, un colectivo que, a pesar del trabajo de prevención, sigue sin ser consciente de la importancia de preservar la intimidad en internet. Un reciente estudio de Save The Children alerta de que el 84% de los jóvenes catalanes ha sufrido algún tipo de violencia en internet durante su infancia, y más de la mitad ha sido expuesto alguna vez a material sexual virtual de forma involuntaria cuando era menor. Los responsables de la entidad alertan de que la violencia cibernética puede derivar en física, por lo que reclaman una legislación que proteja de violencias en internet.

Según el estudio, el 42% de los encuestados ha sufrido ciberacoso (el 64% por parte de compañeros de clase y el 20% de una expareja) y el 26% ha sido víctima de engaño pederasta (child grooming o online grooming) con 15 años de media. La encuesta, que recoge que la edad más habitual para iniciarse en internet son los 12 años, también revela que el 10% ha sufrido ‘happy slapping’ (una agresión grabada y compartida en las redes sociales), y el 5,4% ha sido víctima de sextorsión. Save the Children señala que la violencia virtual provoca ansiedad, depresión, baja autoestima, malos resultados escolares, dificultad para hacer amigos, sufrir otros tipos de violencia e, incluso, suicidio. También duplica las posibilidades de consumir drogas o alcohol. Las entidades también alertan sobre el acceso a la pornografía a edades cada vez más tempranas. De hecho, se ha adelantado a los ocho años, según un estudio elaborado por la Red de Jóvenes e Inclusión Social y la Universitat de Illes Balears. Este informe señala que el uso de la pornografía condiciona las actitudes sexuales. Así, los autores destacan que el consumo incrementa las conductas de riesgo hasta en un 47% de los casos.

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lleida

Los Mossos d’Esquadra reciben de media una denuncia al mes por delitos sexuales de sextorsión o acoso a menores con fines sexuales a través de internet en las comarcas de Ponent. Aunque es difícil cuantificar el número de casos, porque la mayoría no llegan a denunciarse, la Policía catalana alerta de un incremento de este tipo de delincuencia debido al uso masivo de las redes sociales sin medidas de protección, sobre todo, en colectivos más vulnerables como menores y adolescentes. Jordi Cortasa y Vicenç Sus, de la Unidad Regional de Proximidad y Atención al Ciudadano de los Mossos d’Esquadra en Lleida, explican a este diario que entre los menores los delitos sexuales que más se cometen son el child grooming (contacto de un adulto para conseguir una actividad sexual) y el sexting sin consentimiento (el envío de fotos y vídeos de carácter sexual). En el primer caso, la Policía catalana registra de media una denuncia al mes, aunque alertan de que solo se conocen uno de cada diez casos. En este sentido, Cortasa explica que esta situación se produce cuando un adulto contacta con un menor, en la mayoría de las ocasiones haciéndose pasar por un adolescente, a través de internet. Hace unos años, en Lleida se produjo un caso de child grooming a través de una PlayStation. “También nos hemos encontrado en que los agresores son menores”, señalan.

Otra conducta que está en alza entre los adolescentes es el sexting, que consiste en el intercambio consentido de fotografías o vídeos de contenido sexual. Cuando este material se reenvía a terceras personas sin consentimiento se produce un delito, lo que formalmente se conoce como sexpreading. Una conducta que ha vuelto a ser noticia después de una empleada de Iveco en Madrid se suicidara el pasado mes de mayo tras divulgarse un vídeo sexual

¿Sería necesaria una reforma sobre la ciberdelincuencia?

La sociedad evoluciona más rápido que las leyes, y en el caso de internet aún más. Se debería reformar la ley para especializarse en este delito de delitos, que son graves.

¿Ayudaría a reducirlos?

Debemos apostar por la prevención para evitar que sucedan. También asesorar a las víctimas, que sepan que tienen recursos, y animarlas a denunciar. En las escuelas se está haciendo un gran trabajo para dar a los jóvenes pautas de protección, además de informar a los padres.

¿Estamos sobreexpuestos?

Sí, no somos conscientes del riesgo que corremos en la red si no tenemos cuidado. En internet existe la sensación de impunidad por el anonimato, y las consecuencias pueden ser muy graves.

En las comarcas leridanas se han producido varios casos de delitos sexuales a través de internet, muchos de ellos con menores como víctimas y, también, como agresores. Uno de los casos más graves trascendió el pasado mes de mayo, cuando fue detenido un técnico educador y mediador del ayuntamiento de Mollerussa, que ingresó en prisión acusado de acosar a menores a través de internet con finalidades sexuales, lo que se denomina child grooming. El modus operandi utilizado por el acusado consistía supuestamente en contactar con los menores con el objetivo de conseguir material pornográfico que después distribuiría, una práctica que habría cometido desde 2013. En total, hasta 64 menores, todos ellos chicos, de entre 10 y 16 años, habrían sido sus víctimas.

El caso destapado en Mollerussa es el enésimo episodio de child grooming que sale a relucir en los últimos meses. En el caso particular de Lleida, la Audiencia condenó en noviembre a un vecino de Solsona por acosar en internet a una amiga de su hija, de 13 años. Asimismo, también se le condenó por abusar de otra menor.

No es la única sentencia por delitos sexuales a través de internet. Como públicó SEGRE, la Audiencia de Lleida condenó a dos menores a penas de hasta más de un año de libertad vigilada por difundir a través de Instagram imágenes sexuales de una compañera, también menor, que habían conseguido a través de amenazas. En este caso, el vídeo había sido enviado en un primer momento de forma consentida a una tercera persona, pero acabó en posesión de los dos menores condenados, que lo difundieron. También cabe recordar el caso del exbibliotecario del instituto Gili i Gaya de Lleida, acusado de acosar con proposiciones deshonestas a varias alumnas, con las que tenía un grupo de WhatsApp llamado “Orgía”. A través de este grupo, les envió fotografías eróticas. Las alumnas denunciaron los hechos al centro, que lo puso en conocimiento de los Mossos d’Esquadra. A la espera de juicio, la asociación de madres y padres del centro solicita que sea condenado a cuatro años de prisión. También son numerosas las condenadas por violencia de género, que se incluye en el delito de amenazas, por coaccionar a la pareja o expareja con la divulgación de fotos o vídeos íntimos.

¿Cómo nació la asociación?

Fue la primera de este tipo que se creó en España y tenemos delegaciones en todas las comunidades. Llevamos trabajando cuatro años y medio y la asociación surgió por la necesidad de atender a víctimas y difundir que existe este tipo de violencia.

¿Qué tipos de casos atienden?

Cada día surgen delitos nuevos. Sobre todo atendemos a víctimas de ciberacoso, suplantación de identidad, violencia de género a través de las redes sociales y sextorsión. De hecho, los casos de sextorsión son brutales.

¿Se denuncia?

Hay muy pocas denuncias, por la vergüenza que supone y también por el desconocimiento de la ley. Las penas previstas por el Código Penal son muy blandas, pero si no hay denuncias, la estadística no aumenta y no podemos presionar para un endurecimiento penal.

¿Qué medidas hay que tomar?

Es necesario mucha prevención y educación. Hay que erradicar la idea de que en internet todo vale. Las víctimas de la violencia digital no saben cómo reaccionar y, por eso, es necesario actuar desde bien pequeños, para que sepan cómo protegerse. Para ello pedimos educación digital en todos los ámbitos, también para personas mayores, cada vez más presentes en las redes sociales.

¿Somos conscientes de lo expuestos que estamos en internet?

Para nada. Hay que usar el sentido común también en internet. Divulgar nuestra vida privada es muy peligroso y la violencia digital nos afecta a todos. Si internet es a nivel mundial, las leyes contra estos delitos también deberían serlo.

¿Hay más casos de delincuencia sexual en las redes sociales o se denuncia más?

Las dos cosas. Hay un acceso masivo a las redes sociales y no pensamos que detrás pueda haber alguien que nos haga daño. Los delincuentes utilizan lo que tú les pone a su alcance y, en internet, tienen toda la información que compartes.

¿Y en el caso de los menores?

Cuando se difunde una imagen sexual, actuamos de forma rápida para evitar que se extienda. El objetivo es reducir el daño y concienciar.

¿Qué finalidad tienen?

Este tipo de delitos, en el caso de los menores, tienen una finalidad sexual. En los adultos, conseguir dinero utilizando el sexo.

¿Es difícil perseguir este tipo de delitos?

La mayoría se producen entre conocidos, pero se complica en el caso de la sextorsión, ya que puede hacerse desde otros países. En estos casos, se trata de organizaciones criminales.

Los jóvenes tienen acceso permanente a internet a través de sus teléfonos móviles.

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Los jóvenes tienen acceso permanente a internet a través de sus teléfonos móviles.

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Jóvenes con teléfonos móviles.

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Los jóvenes tienen acceso permanente a internet a través de sus teléfonos móviles.

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