Vivir entre paredes de madera

Las casas de madera ya no se construyen solamente en los árboles ni en las zonas de montaña y, desde hace unos años, cada vez se están edificando más viviendas con este material, ya que, aseguran, acaba resultando más rentable. En la provincia de Lleida hay hasta un centenar de casas unifamiliares de madera y, en la capital del Segrià, estas se concentran en Ciutat Jardí, donde hay más de una decena. Allí han construido el arquitecto leridano Josep Bunyesc y la ingeniería oscense Jesfer, entre otros.

Los beneficios de la madera son muchos, coinciden tanto Bunyesc como el director comercial de Jesfer, David Fanlo. “El factor principal es que es más aislante que otros materiales, como el ladrillo o el hormigón, y tanto el frío como el calor tienen dificultades para traspasarlo”, explican y señalan que “hace que este tipo de construcciones sean eficientes energéticamente”. Bunyesc apunta que, si además se instalan placas solares, “el ahorro puede ser de hasta el 90% en la factura a finales de año”. Por su parte, Fanlo señala que “el ahorro no es solamente gracias a la madera, sino que se construyen este tipo de viviendas con otros elementos estructurales, preindustrializados, que le dan este valor térmico”. Se refiere a que en una casa convencional puede entrar aire por huecos de la ventana, mientras que estos elementos son totalmente opacos.

Este tipo de construcciones son más habituales en el centro de Europa, EEUU, Canadá y Japón

Otra ventaja de la madera es que las casas se construyen en la mitad de tiempo que las convencionales. “No hay que colocar ladrillo por ladrillo, sino que un plafón de madera, previamente fabricado, se instala de golpe”, explica Bunyesc, que coincide con Fanlo en que “puede que la madera sea más cara que otro material, pero te ahorras en mano de obra en la construcción y a largo plazo en consumo energético”.

Ambos señalan que “la construcción evoluciona hacia la eficiencia energética y cada vez hay más empresas que se dedican a ello”. Este tipo de construcciones son más habituales en el centro de Europa, EEUU, Canadá y Japón.

Tiempo de construcción récord a más de 2.300 metros de altura La madera permite que las construcciones se hagan más rápido, hasta un 50% más que con materiales convencionales. Uno de los ejemplos fue la ampliación del refugio de Colomina, a 2.395 metros de altura, en el Pallars Jussà, hace dos años. Solo hicieron falta cinco semanas de obra. El sistema empleado, con paneles prefabricados, ayudó a la rapidez en el montaje. Entre las principales complicaciones estaba el transporte, ya que no hay acceso rodado y obligó a hacer un viaje semanal con helicóptero para trasladar el material más pesado, y el resto se subió a pie. Bunyesc afirma que no tiene constancia de que ningún edificio que se haya construido en tan poco tiempo en un lugar tan alto y con dificultades de acceso. Si se hubieran emprado los sistemas convencionales, la obra se habría alargado hasta dos años. Asimismo, la remodelación de madera del refugio Ventosa i Calvell en Aigüestortes el año pasado permite superar los 25 ºC en invierno en su interior y sin calefacción.