TECNOLOGÍA NORMATIVA
Los drones vuelan alto
La mayoría de los que se venden son recreativos, pero cada vez tiene más aplicaciones en sectores como la agricultura || En la provincia hay censadas 42 operadores profesionales, 54 aeronaves y 48 pilotos titulados y las sanciones por incumplir la normativa pueden llegar a los 225.000 €
Los drones son pequeños vehículos voladores con hélices que funcionan por control remoto. Hasta hace unos años su uso parecía estrictamente lúdico, pero cada vez tienen más aplicaciones, lo que está aumentando su uso a nivel profesional. Según datos de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, en la provincia hay censados 42 operadores de drones con 54 aeronaves y 48 pilotos, mientras que a nivel estatal hay 5.822 drones y 5.061 pilotos. Son solo una pequeña parte del total. El presidente de Lleida Drone, Andreu Ibáñez, asegura que “no hay un censo fiable del número de drones en la provincia, pero sí podemos decir que los hay a miles y que el 80% de ellos son de juguete o de uso recreativo”.
La mayoría de drones profesionales son utilizados para el sector audiovisual, aunque cada empresa les busca diferentes salidas laborales. Es el caso de Marc Palau y su empresa Prodron, de Aitona. “Hacemos mucho trabajo audiovisual, aunque también nos encargamos de la vigilancia de instalaciones industriales”, señala. No obstante, critica las trabas que ponen desde la AESA para utilizar los drones. “Puedes estar 6 meses para recibir la autorización para grabar en una ciudad”, añade. Otro leridano que está en el negocio de los drones es Joan Capdevila con su empresa Vision Drone en Tremp. “En dos años nuestro ritmo de trabajo se ha disparado y hacemos desde vídeos hasta termografías o inspecciones de placas solares”, dice Capdevila, que ratifica que “hay mucha desinformación con la normativa, pero la gente se concienciará”. En cuanto a cuál es el principal problema para trabajar con drones, Capdevila lo tiene claro: el intrusismo. “Hay gente que antes contrata a particulares para que graben en ciudades y lo hacen para evitarse el papeleo con AESA y porque les es más barato que contratar a profesionales”, lamenta Capdevila.
Al margen de las barreras que la normativa pone a su uso (ver desglose superior), el desconocimiento de la misma puede acarrear fuertes sanciones como la que recibirá un joven de Torrefarrera que hizo volar su dron cerca del aeropuerto de Alguaire y que él mismo había fabricado con piezas compradas por internet. Ahora se enfrenta a una sanción que puede ir de los 60 a los 45.000 euros por hacer un uso con fin recreativo en un espacio aéreo controlado.
De 30 a 150 € para usos lúdicos y hasta 30.000 para profesionalesA medida que los drones se han implementado en el mercado han surgido decenas e incluso centenares de modelos y categorías, lo que ha comportado que estos artilugios tengan un abanico de precios muy grande. Según el presidente de Lleida Drone, Andreu Ibáñez, los drones más básicos “se pueden encontrar a partir de 30 euros y van hasta los 150; los especializados para hacer vídeos no bajan de los 1.000 euros y para hacer trabajos profesionales su precio puede ir de los 4.000 a los 30.000 euros”, asegura. Asimismo, asegura que este último año se han podido ver nuevas aplicaciones para los drones. “La DGT ha empezado a utilizarlos para detectar infracciones, los bomberos también hacen uso de ellos para seguir el avance de los incendios por la noche y a nivel de Lleida sus aplicaciones en el mundo de la agricultura podrían ser ilimitadas”, recalca el presidente de Lleida Drone.