Testigos contradicen la versión del acusado del crimen de Acadèmia

Varios testigos contradijeron ayer la versión ofrecida hasta ahora por Jordi Lanuza, acusado de matar a Amparo Soler Betés en el piso de la víctima en la calle Acadèmia de Lleida el 17 de febrero de 2017. En la cuarta sesión del juicio celebrada ayer en la Audiencia de Lleida, un vecino de la víctima declaró que el día del crimen se cruzó con un hombre en las escaleras del inmueble, que no reconoció directamente como el acusado pero sí lo describió como este, y se mostró convencido de que la víctima le estaba esperando porque entró en la vivienda sin llamar al timbre. “Eran las 14.30 horas. Lo vi subir y después que la puerta se cerraba, por lo que Amparo le esperaba”, señaló. Otro vecino declaró que sobre las tres de la tarde oyó un “gemido” que provenía de la vivienda de la víctima. También declaró el jefe del acusado en el momento de los hechos, quien señaló que le asignó la instalación de fibra óptica en la vivienda de la víctima y que el acusado tenía embargos en la nómina de Hacienda o del ayuntamiento. Asimismo, señaló que el día del crimen Lanuza tenía fiesta y no volvió a trabajar hasta el miércoles siguiente al cogerse “días de vacaciones”. Otro testigo constató que la familia del acusado pagó la reforma de la cocina, 16.000 euros, en metálico. Hoy está prevista la declaración de los forenses.

Una hermana dice que dejó 10.000€ al procesado

Amigas de la víctima declararon ayer en el juicio que la mujer, de 61 años, estaba muy contenta con la decisión que había tomado de instalarse internet en casa y que fueron ellas quienes la animaron para dar el paso. Una de ellas señaló que era una amante de la cultura y que había decidido hacer “un cambio” en su vida. Una idea que también transmitieron varias compañeras de trabajo que declararon en la sesión de ayer, que aseguraron que la mañana del crimen había llamado al instalador de fibra óptica para que le activara el wifi en su casa y que había quedado con él al mediodía, por lo que salió antes de trabajar. Por su parte, una trabajadora de la residencia donde estaba la madre de la víctima declaró que avisó a los Mossos d’Esquadra extrañada de que Amparo no fuera a buscarla como solía hacer para llevársela a casa el fin de semana.