TRIBUNALES CRIMEN
Los forenses dicen que las cuatro puñaladas de la víctima de Acadèmia eran mortales
Declaran en la quinta jornada de juicio en la Audiencia de Lleida que “tuvo poca capacidad de defenderse” y que murió en segundos || Confirman muestras de ADN del acusado en el pantalón de la mujer
Las cuatro puñaladas que presentaba en el cuello la víctima del crimen de la calle Acadèmia de Lleida eran mortales, lo que le provocó que tuviera muy poca capacidad de defensa y que muriera en cuestión de segundos. Así lo señalaron ayer los dos médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Lleida que declararon en la quinta sesión del juicio con jurado popular que se celebra en la Audiencia de Lleida contra el acusado, Jordi Lanuza. Según los facultativos, Amparo Soler Betés, de 61 años, presentaba cuatro heridas incisas causadas con un arma blanca en el cuello. “Las heridas se hicieron de forma muy seguida y una de ellas seccionó la arteria carótida, lo que provocó que la víctima cayera a plomo al suelo, inconsciente o ya muerta”, señalaron los forenses. En una mano de la funcionaria de Enseñanza se hallaron heridas defensivas pero superficiales, lo que indica, según los facultativos, que apenas pudo defenderse. Asimismo, destacaron que había golpes en las puñaladas que presentaba la víctima, lo que podría indicar, señalaron, que “el agresor utilizara una fuerza intensa”. Los forenses también avalaron que era posible el testimonio de uno de los vecinos, que declaró que oyó un “gemido” que procedía del piso de la víctima, y que atribuyeron a un estridor provocado por un “dolor inmenso” a causa de las puñaladas.
Asimismo, los forenses confirmaron una mancha de sangre en el pantalón de la víctima que descartaron que procediera de las heridas que presentaba en el cuello. La muestra fue analizada y se halló ADN que corresponde al acusado. “Es 22.300 veces más probable que corresponda al acusado que a cualquier otra persona”, señalaron los ténicos que analizaron la sangre. Sobre el arma del crimen, los expertos afirmaron que el fragmento hallado en la escena podría corresponder a un cúter, aunque tampoco descartaron que se utilizara unas tijeras.
En la sesión de ayer también declararon agentes de los Mossos que analizaron las llamadas entre la víctima y el acusado. Constataron que, tras el crimen, Lanuza hizo cinco llamadas perdidas a la mujer y le envió un SMS. “Un mensaje de texto tan largo y la insistencia de las llamadas nos indica que buscaba una coartada”, afirmó el agente.
La sesión acabó con el visionado de las cámaras de seguridad de edificios cercanos al de la víctima, que constatan que Lanuza entra en el edificio en la franja horaria en la que se produjo el crimen. El juicio continuará el lunes con las conclusiones de la Fiscalía, la acusación particular y la defensa.
“Era imposible que Lanuza pudiera ahorrar 16.000 € con sus ingresos” El responsable de los Mossos que hizo el informe económico del caso apuntó a que la víctima guardaba grandes cantidades de efectivo en casa y que su patrimonio era abultado, con más de 300.000 euros en varias cuentas bancarias. El agente destacó que meses antes del crimen, la funcionaria había sacado cerca de 10.000 euros del banco, dinero que podría tener en su vivienda. En cuanto al acusado, el informe de los Mossos destaca que el mismo mes del crimen inició las obras de reforma de la cocina de su casa, que costaron más de 16.000 euros, cantidad que pagó en efectivo. El agente señaló que “con los movimientos bancarios que tenía Lanuza era imposible que pudiera tener esta capacidad de ahorro”. Asimismo, señaló que el acusado fue condenado en marzo de 2017 por estafar más de 15.000 euros en un pleito con su anterior empresa. Según el informe, el mismo día del crimen, el acusado envió un mensaje a su mujer para decirle que el banco le había concedido 10.000 euros, aunque, según los Mossos, la entidad no tiene constancia de que hubiera pedido ningún préstamo.