Empieza la perforación del túnel del Coll de Lilla de a A-27
La galería permitirá terminar la autovía entre Valls y Montblanc
Esta semana han empezado los trabajos de perforación del túnel del Coll de Lilla de la A-27. Después de años de retrasos, la maquinaria ha empezado a definir la galería que permitirá mejorar la conexión entre el Alt Camp y la Conca de Barberà. La autovía está proyectada entre Tarragona y Montblanc, pero actualmente acaba en Valls. En los últimos meses se ha construido un muro de contención y se ha asegurado la entrada del túnel, que tendrá una longitud de 1,5 kilómetros y hasta 120 metros de profundidad. Según se informó en febrero, se estima un año y medio de obras para terminar el agujero del túnel. La galería forma parte del cuarto tramo de la autovía A-27, con un presupuesto de unos 115 millones de euros.
A mediados de julio empezaron las voladuras en torno al núcleo de Lilla, en la vertiente norte, como paso previo al inicio de la perforación del túnel. Se ha construido un muro de contención con 65 pilas de hormigón para sostener la montaña y para asegurar la entrada del túnel, vista la presencia de arcillas expansives.La máxima complejidad de la actuación es que el túnel atravesará unos terrenos difíciles. Si en la boca al término de Valls el terreno se caracteriza por hojas sobrepuestas de pizarra, la que dará en el lado de Montblanc tiene presencia de arcillas con yesos expansivos. En el cuerpo de la montaña, donde los materiales son más compactos, se harán voladuras, mientras en otros tramos se adelante en retroexcavadora, con pasos de 75 centímetros, para conformar un túnel con revestimiento en forma circular, ya que, en la opinión de los ingenieros, soporta mejor las presiones propias del terreno.
Tendrá dos bocas -una por sentido-, con dos calzadas cada una. Se estima que la excavación del agujero puede suponer un año y medio trabajos. Aparte del túnel, pero, dentro de este mismo tramo de autovía, de poco más de siete kilómetros, también hay otros puntos de elevada complejidad, como dos viaductos ya en construcción, uno de los cuales de 180 metros de longitud. De hecho, se ha ido construyendo in situ por las dimensiones de las vigas, de 50 metros. Inicialmente también se preveía un viaducto al término de Lilla, en la boca del túnel encarada en dirección a Montblanc, pero por problemas geotécnicos se optó por una caja de drenaje de hormigón armado, cubierto con un terraplén -tal como también se hizo con el túnel del AVE que discurre por la misma zona.
Este túnel es una de las infraestructuras largamente reivindicadas por los diferentes agentes económicos, sociales y políticos del territorio. Algunos de los más beneficiados serán las decenas de camiones que circulan diariamente entre el puerto de Tarragona y las comarcas de Lleida, y por extensión el interior de la península.