Musicoterapia en clase

Seguir un ritmo de percusión con un tambor que previamente marca el profesor, primero muy fuerte y cada vez a menor intensidad para rebajar la tensión. O dibujar mientras escuchan música o el sonido del mar o del bosque. Son ejercicios de musicoterapia que la escuela Fedac Lleida utiliza en la ESO como medio para mejorar el bienestar de los alumnos, lo que a su vez se puede llegar traducir incluso en una mejora académica, asegura Miquel Capilla, músico y profesor que aplica esta técnica.

Fedac Lleida emplea este sistema en la ESO desde hace años, primero como asignatura optativa para los alumnos de primero y segundo, y desde este curso en toda la etapa pero a través de sesiones individuales en pequeños grupos solo para los estudiantes que presentan ciertas características o que son tratados por la psicopedagoga, y que les guste la música. Por ejemplo, con rasgos de agresividad o con falta de autoestima. El profesor dispone de dos horas a la semana para musicoterapia y las reparte en sesiones de entre treinta y cuarenta y cinco minutos a cada alumno o grupo. “De aquí salen bien. Luego tienen que recordar ese momento y saberlo aplicar en otras situaciones”, explica, y subraya que no se trata de una clase de música, sino que la usa para conseguir otras cosas. “Con un grupo grande, hacíamos mucho trabajo de concentración, por ejemplo”, apunta, y añade que todo lo que observa con los ejercicios de musicoterapia lo transmite a la psicopedagoga. “Nos gusta, liberamos tensiones”, señalan los alumnos.