TRIBUNALES JUICIO
Los Mossos creen que Puig-Gros mató a su cuñado para no devolverle 170.000 euros
La semana antes de cometer el crimen acudió 3 veces a Sants, donde abandonó el coche con el cadáver || El juicio que se celebra en la Audiencia finalizará hoy y el jurado se encerrará para deliberar
Los Mossos d’Esquadra creen que el empresario cárnico Josep Puig-Gros planeó y mató a su cuñado, Eduard Ardiaca, porque le debía 170.000 euros. Así lo aseguraron ayer los investigadores que declararon durante la segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Lleida. El subinspector de la policía catalana que dirigió la investigación recordó que Puig-Gros acudió voluntariamente a comisaría dos días después del crimen, cuando Ardiaca estaba en paradero desconocido, y les explicó que su cuñado “tenía problemas con unos valencianos que se dedicaban a cobrar deudas”. El subinspector añadió que “quería desviar la atención. Lo detuvimos porque incurrió en graves contradicciones”. También comprobaron que la semana antes había acudido hasta tres veces al barrio de Sants, donde dejó un coche de sustitución para regresar posteriormente a Lleida tras abandonar el turismo de Ardiaca con su cadáver. También consultó cómo borrar datos de su móvil y acudió a un campo de tiro para ocultar que tenía restos de pólvora, siempre según los Mossos. En cuanto a los motivos para matarlo, sospechan que era para no pagar la deuda que había contraído. En la caja fuerte que tenía la víctima en su casa hallaron dos cheques, de 110.000 y 60.000 euros, que podía cobrar a partir del 1 de enero de 2018, seis meses después del crimen, y cuyo pagador era Puig-Gros. Además, en el almacén que Ardiaca tenía en Pardinyes, en el doble fondo de un armario, hallaron documentos del reconocimiento de la deuda y del dinero que le había prestado.
Por su parte, la viuda de Ardiaca, hermana del autor confeso, explicó que su pareja le llamó sobre las 12.30 horas del día del crimen para decirle que venía a comer pero no apareció. Al día siguiente denunció la desaparición. También afirmó que desconocía la relación económica que había entre su pareja y su hermano.
Estaba “nervioso e inquieto”, según los empleados de la cárnica “Nervioso” e “inquieto”. Así es como estaba Josep Puig-Gros la mañana en la que se produjo el crimen, según los trabajadores que la cárnica tenía en el obrador de Torre-serona. “Iba con un maletín y nos dijo antes de las dos que podíamos irnos para casa”, explicó un empleado. La secretaria, que salió un poco más tarde, se cruzó con Ardiaca. Fue la última persona que lo vio con vida, siendo un dato clave para la investigación. Otro empleado dijo que aquella tarde, cuando limpiaba con una manguera, encontró una bala y un hueco en la pared. “No supe qué hacer. Sabía que el jefe tenía pistola y deduje que había pasado algo. Me asusté, lo comenté con los compañeros y al final con un conocido que es mosso”. Acusaciones y defensas han pactado 12 años de cárcel para el autor por un delito de homicidio.